Netanyahu arrasa la interna de la derecha israelí

Netanyahu arrasa la interna de la derecha israelí

Está en duda si, de ganar las elecciones generales de marzo, podrá formar gobierno, dadas las denuncias de corrupción en contra.

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28 Diciembre 2019

ISRAEL. - El primer ministro israelí en funciones, Benjamin Netanyahu, a pesar de enfrentar una acusación de corrupción y una tercera elección general en 12 meses, obtuvo una contundente victoria en la primaria celebrada el jueves por su partido, el Likud, lo que le asegura que liderará a esa formación conservadora en las elecciones generales de marzo, informó hoy la prensa local.

Se esperaba que “Bibi” venciera a su rival, Gideon Saar, pero el margen rotundo de victoria fortaleció su posición en el partido que ha dominado durante los últimos 20 años, según destaca el periódico Haaretz.

Con un 72,5% de los votos, los afiliados del partido derechista cerraron filas en torno a Netanyahu, patriarca de la derecha israelí en dos décadas, pese a que la acusación por corrupción en su contra ha agravado el bloqueo político en el país que deberá celebrar sus terceras elecciones en menos de un año.

Su rival, Saar, brazo derecho de Netanyahu en el partido y el gobierno hasta que cayó en desgracia en 2014, obtuvo el 27,5% del apoyo de los más de 116.000 simpatizantes que votaron, obteniendo una mejor posición que otros rivales del primer ministro en primarias, pero sin superar el 30% que le permitiría consolidarse como alternativa interna.

Acusaciones

Las acusaciones de fraude en tres casos y el bloqueo parlamentario del último año que han impedido formar gobierno tras dos elecciones (9 de abril y 17 de septiembre) no disminuyeron el incondicional apoyo de los militantes del Likud hacia su líder, que pugna desesperadamente por seguir al timón del poder.

Saar dijo hoy no estar arrepentido de haberlo desafiado en las elecciones internas porque “aquellos que no están dispuestos a arriesgarse, nunca tendrán éxito”. Luego se ofreció a trabajar “juntos por el bien de una victoria del Likud en la Knéset”, el Parlamento israelí.

Así que, de momento, la formación no ahonda en sus fisuras aunque Netanyahu no pueda garantizar otro gobierno del Likud, porque su situación legal lo ha invalidado como negociador ante la coalición centrista, Azul y Blanco, y la ley no asegura que pueda recibir mandato del presidente para formar gobierno.

Su figura seguirá siendo un escollo para Beny Gantz, de Azul y Blanco, como ha manifestado durante todo el curso de negociaciones después de los comicios de abril y septiembre.

“Parece que el acusado Netanyahu, que está llevando al Estado de Israel por un camino de corrupción, continuará liderando el Likud”, lamentó ayer Gantz tras los resultados publicados de madrugada.

“Estas elecciones exigen que coloquemos un espejo frente al ‘partido Netanyahu’ y que tomemos la decisión de unidad, dignidad y reconciliación interna”, pidió a los votantes de cara a los próximos comicios que arrojan similares resultados a los anteriores con una leve ventaja de Azul y Blanco.

Poca afluencia

Ayer, las inclemencias climáticas en Medio Oriente hicieron mermar la afluencia a las urnas y transcurrida la jornada electoral depositaron su papeleta cerca de un 49% de los militantes en los más de 100 colegios electorales.

Luego de votar en Jerusalén, Netanyahu, pidió la participación a través de las redes sociales.

“La tasa de votantes es muy baja, la victoria de la derecha depende de ustedes”, manifestó a través de un mensaje posteado en Twitter.

Por su parte, los partidos aliados de derechas y el ultraortodoxo Shas felicitaron al jefe de gobierno en funciones y apostaron por mantener el bloque gubernamental tras la cita electoral.

El Tribunal Supremo examinará la próxima semana si Netanyahu legalmente puede encargarse de una formación de gobierno.

El fiscal general del Estado, Avichai Mandelblit -quien lo acusó en noviembre de cohecho, fraude y abuso de confianza- declinó por el momento pronunciarse sobre esta cuestión, pero el alto tribunal convocó a una audiencia para el próximo martes 31, a petición de un grupo de académicos y ciudadanos, para estudiar si esta circunstancia se ajusta a la ley israelí.

Mandelblit reiteró hoy que no hay “bases legales” que le obliguen a dar una opinión legal hasta que el Supremo se pronuncie definitivamente sobre la demanda. (Télam)

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