Si este 2019 fuera comparado con un partido de fútbol, podría decirse que la gestión del gobernador Juan Manzur terminó los 12 meses pidiendo la hora. Y que su equipo ha clasificado para la siguiente ronda. En la ronda preliminar, el tucumano jugó tres instancias que lo catapultaron como líder regional con proyección nacional. Junto con su compañero de fórmula, Osvaldo Jaldo, el 9 de junio ganó se impuso a sus rivales por amplia diferencia: obtuvo más de la mitad de los votos y 30 puntos de diferencia respecto de su rival más inmediato.
Manzur fue uno de los primeros dirigentes peronistas en acompañar a Alberto Fernández en su campaña hacia la Presidencia de la Nación. Apenas fue nominado como precandidato del Frente de Todos, en mayo pasado lo trajo a Tucumán como uno de los primeros destinos de su gira proselitista por la Argentina. En las PASO del 11 de agosto, el peronismo consolidó su hegemonía en las urnas, con casi un 60% de los votos en favor de Fernández y una diferencia de cerca de 34 puntos porcentuales respecto de Mauricio Macri. El postulante del Frente de Todos volvió a la provincia para festejar el Día del Maestro y dos días después de haber sido consagrado presidente de los argentinos (en el distrito ganó por un 58% de los votos, pero Macri le achicó la diferencia a 24 puntos) asistió a la reasunción de Manzur como gobernador, el 29 de octubre. El fuerte protagonismo del mandatario provincial en la campaña electoral ha significado la profundización del distanciamiento con la Casa Rosada. Macri hizo un vuelo rasante por Tucumán el 9 de julio pasado, para encabezar los 103 años de la Declaración de la Independencia. En el escaso contacto entre ambos, sólo hubo reproches y gestos adustos. “Este 2019 que se va ha sido muy difícil, muy complicado y Tucumán pagó las consecuencias de políticas económicas equivocadas, adoptadas a nivel nacional, con indicadores socioeconómicos preocupantes”, reconoció Manzur a manera de evaluación de lo que sucedió durante el año viejo. Tucumán volvió a los dos dígitos de desocupación, con un 40% de tasa de pobreza en su población urbana y una informalidad que afecta a un 45% de los asalariados del distrito. La industria azucarera cerró una zafra con altibajos y la citrícola con el preanuncio de un mercado gigantesco, el de China. La inflación y la devaluación también han modificado el escenario financiero del sector público. En el último año, prácticamente se duplicó el gasto en Personal por efecto de la cláusula gatillo, con el que se intentó sostener el poder adquisitivo del sueldo de los más de 110.000 empleados públicos. “Ni la política monetaria, ni las medidas contra la inflación la manejamos nosotros. Hay que entender ese contexto para interpretar la realidad financiera”, indicó Manzur, que reconoció que siempre jugó de visitante en la administración macrista porque, según señaló, “nunca formé parte de la gestión anterior”. “Y en aquellos indicadores y en la caída de la actividad están los resultados de las políticas que la Nación instrumentó desde que arrancó 2016”, completó. El Tucumán que se viene en 2020 será más ajustado que los años anteriores. La anualización de los aumentos en los gastos corrientes del sector público restan margen de maniobra a una provincia que necesitará un $ 156.000 millones para funcionar a lo largo del período. Los recursos propios representan menos del 30% del total de ingresos y, como sucedió históricamente, Tucumán vuelve a ser altamente dependiente de las transferencias nacionales de recursos coparticipables. Manzur observó que, dentro de todo este esquema de contracción fiscal, hay luz al final del túnel. “Creo que a partir de la llegada de Alberto Fernández a la Presidencia, hay otra expectativa. El mercado le ha dado una dosis de confianza importante que repercutirá en todos los puntos cardinales de la Argentina”, remarcó. Manzur cree que la nueva administración nacional logrará estabilizar la macroeconomía para que el país vuelva a la senda del crecimiento y, de ese modo, le cambie el humor a los indicadores socioeconómicos. “Terminamos el año cumpliendo todos nuestros compromisos financieros y soy extremadamente optimista de lo que se viene en la Argentina, en general, y en Tucumán, en particular”, finalizó el gobernador.