20 Diciembre 2019
ENCUENTRO MULTITUDINARIO. El intendente Orellana invitó a toda la familia de Exequiel a una cena. Desde que llegó a Tucumán, el ahora jugador de Leverkusen recibió el afecto de los suyos.
Bombitas de carne y de queso. Asado. Pizzas en horno de barro. Eso es lo que comió Exequiel Palacios desde que pisó suelo tucumano. Anoche, el menú anunciaba milanesas con papas fritas. ¿Y las empanadas de Famaillá? Esa delicia llegará hoy, elaboradas por las manos de la amada abuela Azucena. Ahh, y también habrá ¡sopa de caldo de gallina! Como a él le gusta.
Desde que llegó a la provincia, para él fue un tsunami de actividades, de emociones, de volver a sentirse un hijo de Famaillá. Eso sí, un hijo famoso.
LEGISLATURA. Palacios, junto con Jaldo, los Orellana, y Mendoza.
Si su extensa y exitosa etapa en River ya era un motivo para que en la ciudad él generara una revolución cada vez que llegaba, qué decir de lo que está ocurriendo en las últimas horas. Ya convertido en jugador de Bayer Leverkusen, y a punto de irse a vivir a Alemania, el volante nacido el 5 de octubre de 1998 recibió miles de muestra de cariño y pedidos para sacarse una foto. A toda hora. “Pala”, ancha sonrisa, fue tratando de cumplir con los deseos de todos. Lo que no es sencillo.
“Extrañaba a la familia, por suerte pude venir a visitarla. En poquito tiempo me tengo que ir a Alemania, hacia un nuevo desafío”, contó Exequiel. Aquí estuvo alojado en un hotel, acompañado por su padres, Mariela y Luis; su novia Yésica (vino con su mamá); su hermano Agustín (está con su novia Natalia), además de sus primos Joel y “Cuqui”.
ANFITRIONA. La abuela Azucena abrió las puertas de su casa.
En la agenda de Palacios hubo de todo: el martes a última hora visita a la plaza San Martín y cena en lo de su abuela; el miércoles un almuerzo en familia, a la tarde un partido tranquilo con los chicos de barrio en el fondo de la casa que Azucena tiene en Banda Padilla, y una cena en la casa del intendente José Orellana y su esposa, Sandra Mendoza; ayer, visita a la Legislatura, donde saludó al vicegobernador Osvaldo Jaldo -entre otras autoridades-; luego del mediodía, alquiler mediante de una finca con pileta, nuevo encuentro familiar, en reunión que se extendió hasta la noche.
Alemania está en el centro de cada charla en esta visita de Exequiel. “Voy con toda la expectativa. En el club me tengo que presentar el 4 de enero, luego hacer la pretemporada y ver de qué se trata todo en ese país. Sé que no va a ser nada fácil, pero con la ayuda de la familia, espero que las cosas sean más sencillas”.
COMPAÑÍA. Amigos y familiares, ayer, reunidos en una finca.
Siempre es bueno estar con la familia. Yudith González, prima de Exequiel, acentúa esa linda posibilidad. “Cada vez que él viene tratamos de acompañarlo; nunca se sabe cuándo podrá volver, más ahora que se va del país”, dijo. ¿Es River también una familia para el famaillense? “Claro que sí. Allí dejo mucho. Fue mi casa desde que llegué a los seis años. Ahora, a los 21, se abre un nuevo horizonte, pero voy a extrañar mucho”, asegura. En consecuencia, ¿es Marcelo Gallardo algo así como un segundo padre? “Sí, por supuesto. Me crió, está conmigo desde que era un niño. Él confió en mí para que pudiera llegar a Primera”.
El cambio que va a hacer es muy grande. “No conozco Alemania. Lucas Alario, mi ex compañero, fue quien me contó cosas y me dijo que me va a ayudar en la adaptación”.
El cambio es fuerte en la vida de Exequiel. Pero en las últimas horas, gracias a la familia, cargó sus pilas de afecto y buena onda. Esa que, cuando pise las canchas alemanas, seguro que le dará un plus a cada una de sus actuaciones. A eso, tenganló por seguro.
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