Por Miguel Eduardo Décima
17 Diciembre 2019
DUEÑOS DEL SECTOR DERECHO. Walter Ovejero -izquierda- y Walter Díaz eran los motores que tenía ese equipo de la temporada 2001/02.
Los hinchas de Ñuñorco todavía tiene vivas en su recuerdo las sensaciones que los invadieron en la temporada 2001/02. En aquel tiempo, el “Tigre” de Monteros estuvo a un paso de escribir una de las páginas más gloriosas de su vida institucional de una entidad que fue fundada en el 22 de junio de 1941, y cuyo primer presidente fue Héctor Santiago Buffo.
En esa temporada, los entonces dirigidos por Jorge Raúl Salas quedaron a la puerta de quedarse con la plaza que el Argentino A tenía reservada para la Primera B Nacional. Esta finalmente fue a manos de la Comisión de Actividades Infantil de Comodoro Rivadavia.
EMBAJADORES DE AGUILARES. Ricardo Amaya -izquierda- y Floreal García aportaron toda su capacidad en el “Tigre” de Monteros.
En la primera fase, sobre los 18 encuentros que sostuvo, consiguió 35 puntos, producto de 10 triunfos, cinco empates y tres derrotas, con 40 goles a favor y 22 en contra. En el Grupo B, donde se alistaron los monterizos, también militó San Martín que terminó en la octava posición con 23 unidades.
En la ronda final a la que accedió junto a la CAI, 13 de Junio de Pirané, Estudiantes de Río Cuarto, Ben Hur y Universitario de Córdoba, y que se jugó con partidos de ida y vuelta, los monterizos, en los 10 partidos que disputaron, consiguieron tres victorias y tres empates; sufrieron cuatro derrotas.
Los máximos artilleros del equipo fueron Maximiliano “La Flaca” Herrera con 12 goles, Walter Ovejero, Ramón “Chero” Fernández y Juan Contreras, con cuatro.
Con una enorme satisfacción, Salas recuerda aquel equipo en el que, salvo Juan Contreras y Daniel Galucci que nacieron en Santiago del Estero, el resto era jugadores nacidos en el “Jardín de la República”. “Esto potencia aún más la notable campaña que el equipo hizo en esa temporada. Demostramos que en Tucumán había futbolistas en condiciones técnicas para competir al mejor nivel en las categorías de ascenso. Por eso en esos momentos aposté por jugadores como Ricardo Amaya, Ramón “Chero” Fernández, Floreal García y Maximiliano Herrera, entre otros, que no tenían raíces en el club para que potencien el proyecto futbolístico que estaba apuntalado por una dirigencia que estaba encabezada por Miguel Ovejero, que nos brindó todo el apoyo logístico para que nuestro sueño pudieran cristalizarse”, dijo el entrenador, que en la década del 70/80 jugó en el “Tigre” de Monteros.
Sobre ese plantel, “July” recuerdaque, cuando estaba buscando jugadores de refuerzo, una tarde se fue a observar a un volante que jugaba en Alto Verde y del cual le habían dado excelentes antecedentes. Ese jugador era Walter “Pulga” Rodríguez, el hermano mayor de “Pulguita”. “Era un jugador que se destacaba del resto por su personalidad y por su capacidad para agrandarse en las paradas complicadas. Eso fue hace años, después de que vaya a jugar a Atlético. Otro caso similar fue la “Flaca” Herrera, un goleador de excepción que tenía un olfato muy especial para estar siempre en el lugar adecuado. Esto le valió terminar como el máximo artillero del equipo en esa temporada.
En el último tramo de la charla con Salas, recordó que en las filas de Ñuñorco apareció uno de los máximos artilleros que tuvo el fútbol de esta parte del país, como lo fue Gustavo Balvorín. “Lo que Gustavo mostró en el club le permitió luego irse a jugar a Gimnasia de Jujuy, club que finalmente le sirvió de catapulta para comenzar una carrera envidiada por cualquier futbolista”, señaló.
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