El mediocampista derecho de Arsenal Jesús Miguel Soraire transita por un camino de vida desde su Lules natal, hasta su presente venturoso en el primer equipo de Sarandí, apoyado en la psicología, siendo ejemplo de cómo con esfuerzo se pueden alcanzar los objetivos que se trazan.
"Un buen día dejé todo lo que hacía en mi pueblo para buscar cumplir con mi sueño de jugar en un equipo de Buenos Aires, de poder vivir del fútbol, lo intenté de grande y aún busco objetivos mayores", refirió Soraire en diálogo con Télam.
El volante, de 31 años, de origen muy humilde, casado y con dos hijos, allá por julio de 2018 desembarcó por el Viaducto para aprovechar la oportunidad que le daba Pulciano Aquino, manager de la institución, que lo había visto jugar en el interior para que lo observara el técnico Sergio Rondina cuando estaba armando el equipo que terminó siendo el campeón del último torneo de la Primera B Nacional.
"Cuando supe que Arsenal me contrataba, convencí a mi familia para que me apoyara en esta aventura y abandoné todo lo que hacía de mi vida pueblerina porque siempre buscaba crecer", señaló quien se inició profesionalmente en Villa Cubas, equipo del Federal B, en 2012, pasando luego por varios del Federal A, entre ellos San Martín y San Jorge.
Sobre este último club, Soraire indicó: "aún le estoy pagando el pase con mis haberes porque no me dejaba salir sin un resarcimiento económico al tener dos años más de contrato y yo no podía perder la chance que se me presentaba a los 29 años".
Además, debió pedir licencia sin goce de sueldo en el Centro de Asistencia Primaria de Lules, donde se desempeñaba como auxiliar de enfermería, y suspendió sus avanzados estudios de la licenciatura en Psicología, que "cuando deje el fútbol" prometió retomar.
Lo que no abandonó es su ayuda social colaborando "con una fundación que trabaja para que los chicos de Lules, una localidad muy humilde que no tiene plazas, cuenten con juegos y paseos donde disfrutar de su niñez", apuntó quien se crió en una casa de caña hueca y adobe.
El que, precisamente, aplica sus conocimientos psicológicos entre sus compañeros de plantel por lo que reveló: "al receso de diciembre del año pasado encontró al equipo en levantada y en charlas que mantuvimos entre nosotros, aporté lo mío para concientizarnos que podíamos aspirar al ascenso a primera división, lo que finalmente se logró".
"Mi intención es que no haya diferenciación entre los niños de familias más pudientes con aquellos de las más necesitadas, así es que mi hija mayor, que se hizo fanática de Arsenal, y mi pibe más chico concurren a un jardín de infantes público", resaltó Soraire.
Ahora apunta a mucho más al sostener: "En este diciembre sucede lo mismo, Arsenal llegó al receso a solo tres puntos de Argentinos Juniors, el puntero, y con un buen nivel. Lo primordial es sumar por la permanencia, pero por qué no pensar en jugar alguna copa internacional y hasta en luchar por el título?", se preguntó quien es un pilar del medio campo del conjunto del Viaducto.
"Mentalmente el futbolista es una persona fuerte, convive con un estrés muy alto y el fútbol siempre te da la posibilidad de levantarte si caes en situaciones de bajo rendimiento, por ello la psicología ayuda a ordenar las emociones, más si tenemos en cuenta que se juega como se vive", reflexionó el nacido en los pagos del exitoso cantante Ramón "Palito" Ortega, que también un día abandonó Lules para imponerse entre las luces del estrellato.
Y esa fuerza mental que muestra Soraire lo llevó a cerrar la entrevista con la confesión de otro sueño: "a pesar de mi edad y de Arsenal, al que le debo mucho y al que le agradezco la oportunidad que me ofreció, mi meta ahora es jugar en un club de mayor convocatoria antes de retirarme". (Télam)