El nuevo protocolo de Interrupción Legal de Embarazo (ILE) para dar celeridad a la realización de abortos no punibles generó un contundente rechazo de la Iglesia. “No sorprende porque el ministro (Ginés) González García es abortista y ya había advertido que no iba a entrar en una discusión por la ley, sino promulgar el Protocolo vía ministerio y obligar a las provincias a que se adhieran. Y así ya se instala el aborto libre en la Argentina”, expresó el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral de la Salud, monseñor Alberto Bochatey OSA.
En un comunicado de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), titulado “Ante la aprobación del aborto, mediante el protocolo ILE”, Bochatey consideró que “ las nuevas medidas para aplicar el protocolo de Interrupción Legal del Embarazo en la práctica (significan) legalizar el aborto, pese a la votación en contra en el Senado de la Nación”.
El monseñor cuestionó que se permita a niñas de 13 años a acceder a este procedimiento. El protocolo de ILE establece tres causales por las cuales los servicios de salud deben garantizar el acceso a un aborto, que no debe ser punible: riesgo de vida para la persona gestante, riesgos de salud y cuando el embarazo haya sido producto de una violación. La crítica eclesiástica contra este punto se produce por una de las consideraciones al exponer la causal violación: “toda relación sexual con una niña (menor de 13 años) es una violación (...) Todas las personas adolescentes de entre 13 y 16 años pueden brindar su consentimiento en forma autónoma”, agrega el protocolo.
Bochatey aseveró que el protocolo de ILE no es un asunto de salud pública, como aseguró González García. “La táctica es clarísima y era muy previsible, evitando que se genere todo tipo de discusión y un debate democrático. Y la ciudadanía argentina no está a favor del aborto, como quedó demostrado democráticamente en el Parlamento, en 2018”.
Luego el prelado reafirmó que esta medida también sucedió en otros países de la región. “Metieron el aborto por la ventana, no por la línea de debate legislativo, contrario a la cultura del pueblo, sin otras propuestas para el cuidado de la mujer. Esto no es simplemente un tema de salud pública, se trata de algo más profundo, que es la vida misma”, concluyó.