La palabra hidroponía deriva del griego hidro (agua) y ponos (labor o trabajo) lo cual significa literalmente trabajo en agua; sin embargo, en la actualidad se utiliza para referirse al cultivo sin suelo. En realidad, se usan medios porosos como los sustratos, que constituyen un caso particular.
En un informe del INTA Famaillá, se indica que entre las ventajas de este sistema se comprobó una mayor productividad y rentabilidad, mayor eficiencia en el aprovechamiento de la superficie y de los recursos naturales y la reducción en el uso de agroquímicos. Añade que se incrementa también el bienestar de los trabajadores, ya que mejora la ergonomía de las operaciones, en especial en las cosecha de frutilla, permitiendo una mayor capacidad y eficiencia de trabajo diaria.
El sistema permite la producción en zonas no aptas para el cultivo, ya sea por problemas sanitarios o por el alto valor inmobiliario de la superficie. Los cultivos de mayor interés en la Argentina en sistemas sin suelo después de la lechuga, son la frutilla y el tomate.
Investigadores vinculados a la temática de cultivos protegidos del Grupo Frutihorticultura y Flores de la EEA INTA-Famaillá avanzaron con las experiencias de producción de frutilla y tomate sin suelo en Tucumán, en la que colaboraron empresas vinculadas al sector (Semillas Emilio, Plastar San Luis, Syngenta, Vivero Don Antonio, ingeniero Carluccio, Terrafertil y Compo Expert).
La EEA Famaillá viene trabajando desde el año pasado en líneas de trabajo relacionadas a hidroponía. Hubo ensayos en la localidad de El Ceibal (Lules), en la finca de un pequeño productor de invernaderos. Se trabajó en el cultivo de tomate, probándolo en condiciones hidropónicas y en suelo. Este año se iniciaron nuevas experiencias en un campo experimental del INTA. En esta etapa se iniciaron cuatro ensayos donde se evalúan variedades, densidades de plantación y formas de conducción del cultivo, en cultivos de tomate y de frutilla.
En tomate se trabaja con fibra de coco como sustrato, donde se evalúan dos variedades de tomate redondo indeterminado, injertadas sobre un pie vigorizante y sin injertar (pie franco). En frutilla se están evaluando diferentes variedades (sobre fibra de coco como sustrato), con el objetivo de identificar las que mejor se adapten a este sistema de producción. También se evalúan densidades de plantación (turba y corteza de pino se usan como sustrato), con el fin de ajustar el manejo en este complejo sistema para maximizar los rendimientos y el ingreso por unidad de producción.