La racha triunfal de Atlético terminó el sábado por la noche. Es fácil darse cuenta, luego de mirar el 2 a 2 en el marcador final pero la sentencia es más grande. La racha terminó en todo sentido. Las cinco victorias transcurrieron en casi dos meses en los que todo parecía salir a pedir del equipo de Ricardo Zielinski. Primero, por el trabajo que encaró el cuerpo técnico y sus jugadores y segundo, por la energía que acarreaba el plantel y ayudaba a que la pelota pegara en el palo y entrara, como dice el dicho. Una clara señal de que la pelota pegó en el palo y salió fue la lesión de Leandro Díaz, por la que ayer por la madrugada fue operado de urgencia y por la que no podrá jugar hasta 2020.
“Sufrió un traumatismo severo en el muslo derecho que ocasionó un síndrome compartimental”, informó el club a media mañana. Una hora después, el doctor José Saab confirmó que se le había dado el alta pero que se estimaba una recuperación de 14 días para empezar a jugar al fútbol en los entrenamientos. Justamente el tiempo que falta para que termine la actividad de la Superliga en este 2019, por lo que el delantero reaparecerá el año próximo.
En ese sentido, el timing no es malo: si bien el delantero se pierde dos partidos, el receso llega de inmediato y tiene más de un mes para recuperarse y arrancar con todo el 2020.
El golpe sufrido luego de marcar su quinto gol en la temporada empezó a torcer el rumbo de esa pelota imaginaria que en estos dos meses entraba luego de pegar en el palo y ahora estaría saliendo. El dolor expresado por el delantero en la cancha, su posterior reemplazo y la salida del estadio en muletas, era toda una confirmación de esa teoría.
“Seguramente tendremos inconvenientes la fecha que viene. Con Leandro lesionado y otras bajas”, anticipó un muy realista Zielinski en la conferencia de prensa.
Es que Atlético no pierde un jugador más de cara a lo que viene. Se trata del goleador del equipo en la temporada y el año en su totalidad. Pero así como las malas señales indican que la racha positiva terminó, hay otras señales que pueden ayudar a construir otra racha, una nueva. Una sostenida en el invicto de siete partidos que sigue teniendo el equipo.
Esa señal fue la facilidad con la que creó peligro el equipo luego de la salida de Díaz. Javier Toledo se hizo cargo de la ofensiva y fue bien acompañado por Lucas Melano y Leonardo Heredia, a quien asistió para el 2-1, un verdadero golazo. Atlético tuvo otras chances de gol pero no pudo convertirlas. “Podríamos haber hecho un gol más, creo que ahí estuvo la clave del partido”, aseguró Bruno Bianchi en una conclusión que pareció ser la de varios en la zona mixta.
Otra de las buenas señales es que podría regresar Augusto Lotti, que se lesionó ante Unión y empezaba a ser importante arriba con sus actuaciones.
Cuando el entrenador “decano” hablaba de bajas en plural ante los periodistas se refería también a Cristian Erbes. Él sí era otra prueba de que la buena racha se había terminado. El volante vio la roja en el complemento y no solo complicó al equipo en esos minutos finales sino que lo hará en el duelo ante Estudiantes, del próximo sábado desde las 17.35 con su ausencia.
La última señal negativa fue el gol de Nicolás Blandi. Porque hasta allí era un triunfo bastante caro pero Atlético estaba pagándolo por un triunfo que lo dejaba puntero. Luego de eso, todo se transformó en un empate que anunciaba que la racha se había terminado. Repetimos: el equipo sigue invicto y jugando bien pero en La Plata deberá seguir demostrándolo para hacer que la pelota vuelva a pegar en el palo y entrar.