Rodeada de amigas y familiares, en contacto con su abogado y pendiente de las redes sociales. Así fue el día de una de las sobrinas del senador y ex gobernador José Alperovich, al que denunció en la Justicia porteña y tucumana por abuso sexual. Asustada, preocupada por su seguridad pero sintiéndose fuerte, transcurrió la tarde de la joven (se reseva su identidad por tratarse de delitos de índole privada), explicaron algunos familiares a LA GACETA.
El ex mandatario negó enfáticamente los hechos denunciados en un contacto telefónico con LA GACETA. “No hice nada”, indicó el senador, que descansa en Miami.
Este diario se contactó con el círculo de la denunciante, que ayer divulgó una carta abierta en contra Alperovich, horas después de presentar dos denuncias, una en la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres porteña, y otra en la Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales tucumana. La causa en Buenos Aires cayó en el despacho de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°10 de la Capital Federal, interinamente a cargo del fiscal Santiago Vismara. La causa provincial será investigada por la fiscal María del Carmen Reuter.
“Estoy muy conmovida por la enorme solidaridad que recibí desde distintos sectores. Pido que se respete mi privacidad. Todo lo que tengo para decir lo expresé en la carta abierta. Ahora esperaré que actúe la Justicia y pido al Estado que resguarde mi seguridad”, afirmó la joven, de 29 años, ayer por la tarde, antes de que se presentaran los miembros de la consigna de la Policía Federal que dispuso el fiscal porteño, ante el pedido en la denuncia.
En su escrito, la víctima explicó que se desempeñó por un año y medio como asesora del senador, que es su tío segundo.
“Estoy segura que ninguna persona que haya sufrido violencia sexual quisiera estar en este lugar, desnudando la intimidad más dolorosa de su vida. Pero nos obligan a encontrar en esta manera la posibilidad de ser escuchadas. Ya no nos callamos más, pero tampoco queremos hablar por lo bajo de lo que nos pasa, de lo que sentimos, de lo que nos hicieron y de cómo hacemos para volver a la vida después de que hechos tan traumáticos nos la cambiaron para siempre. No escribo para convencer a nadie de nada. Estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida, de sanar llamando a las cosas como son, sin suavizarlas ni teñirlas, poniéndole al monstruo nombre y apellido. Cuando no le ponés nombre, no existe. El mío se llama José Jorge Alperovich”, inicia la misiva.
Desde el entorno de la joven contaron que los presuntos abusos de Alperovich contra su sobrina comenzaron al poco tiempo que comenzó a trabajar con él. Ella empezó a acompañarlo en la campaña desde noviembre de 2017. El primer hecho habría ocurrido el 14 de diciembre de 2017. “El avasallamiento fue demoledor”, continúa la carta.
“No quería que me besara. Lo hacía igual. No quería que me manoseara. Lo hacía igual. No quería que me penetrara. Lo hacía igual. Inmovilizada y paralizada, mirando las habitaciones, esperando que todo termine, que el tiempo corra. Ya saldría de ahí y estaría en mi casa, ya habría más gente alrededor, ya el disimulo y el trabajo lo iban a alejar de mí”, agrega la joven en el texto. También afirma en la carta: “no miento, no busco fama. Nadie quiere hacerse famosa por contar el horror que vivió. No quiero dinero ni hay un trasfondo político detrás de mi denuncia. Esto es por mí”.
El grupo de contención de la joven comentó que desde que dejó el espacio político del senador empezó a tener asistencia psicológica y que aguardó a que transcurriera el periodo electoral para evitar que la denuncia sea tachada por tintes políticos. En mayo comenzó a leer textos de otras víctimas de violencia machista que le dieron fuerza para contar lo que le ocurrió, entre ellos, el que publicó la actriz Thelma Fardin tras su denuncia al actor Juan Darthés.
“Valiente la sobrina de @JAlperovichOK se animó a denunciarlo apropiándose de su historia, poniéndole nombre y apellido al monstruo que le quitaba la libertad. Nos tenemos, no nos callamos más; estamos sanando juntas”, tuiteó Fardin.
Durante meses fue armando un relato de todos los hechos que habría sufrido, que fueron el sustento de las denuncias en Buenos Aires y en Tucumán, por situaciones de violencia que habrían ocurrido en Puerto Madero y en Yerba Buena. Parte de ese texto dio forma, explicaron, a la carta divulgada. “Estoy acá contando lo que viví por mi seguridad pero también para que otras mujeres se animen a hablar. Hoy elijo no callarme nunca más. A pesar de que me decía, en pleno horror: ‘cállate, ¿no ves como estoy?’, para tapar todos mis no. No me callo nunca más. Este es mi nunca más. Ojalá también sea el nunca más de todas aquellas que queremos dejar de callar”, finaliza la carta.