La crisis carcelaria no es una cuestión de presos. Es un problema mucho más profundo que afecta a la comunidad. Se destinan al menos 745 efectivos para cuidar y trasladar a los reos que se encuentran en los calabozos de las dependencias policiales. Ese número representa casi el 50% de los efectivos que deben velar por la seguridad en la provincia.
Esos datos surgieron de un informe reservado que se maneja en el Ministerio de Seguridad. Se compararon con las cifras que el ministro Claudio Maley diera a conocer ante los legisladores que integraban la Comisión de Seguimiento de la Ley de Emergencia de Seguridad.
1- Primeros números
La fuerza tiene 9.000 hombres que trabaja un día y descansa 48 horas. Por jornada, hay 3.000 efectivos disponibles, pero en ese número no están contemplados los que se encuentran de licencia (450), el personal administrativo (300), los que están en disponibles o pasivos por inconducta (300), los adscriptos a diferentes organismos del estado (240) y las personas con capacidades diferentes que no pueden hacer tareas de prevención (90).
Entonces, por día cumplen servicio unos 1.620 hombres. Si a esa cifra se le restan los 745 que están afectados a atender a los detenidos de las dependencias, sólo 875 están en condiciones de salir a la calle. Con los 875 que están en servicio, hay un efectivo cada 1.878 tucumanos. Pero, si a esa cifra se le suman los 745 que trabajan con los reos habría un policía cada 1.000 habitantes. En otras palabras, si se contara con la totalidad de los efectivos, más de 600.000 ciudadanos estarían más protegidos.
2- Se afecta
Los 745 efectivos que se dedican a la atención de los reos en las comisarías superan la cantidad de hombres destinados a cuatro de las cinco unidades regionales de la provincia. La Norte cuenta con 550 efectivos; la Este, con 620; la Oeste, con 580 y la Sur con 700. La Capital, que es la más reforzada al tener 1.080 hombres.
Pero el rojo también se enciende si se tiene en cuenta otras reparticiones. Por ejemplo, los efectivos destinados a esa misión representan casi el 50% de los que forman parte de la Dirección General de Prevención Ciudadana (Servicio 911, Guardia Urbana y Policía Vial).
La Dirección General de Drogas Peligrosas está formada por 130 investigadores, casi seis veces menos que los que se encarga de luchar contra el tráfico y comercialización de estupefacientes. Ese número representa más del triple de efectivos con los que cuenta la ex Brigada de Investigaciones que cuenta con las divisiones Delitos contra la Propiedad, Homicidios, Delitos contra las Personas, Sustracción de Automotores y Delitos Telemáticos y Económicos.
3- Polémicos traslados
Sólo en el ámbito de la Unidad Regional Capital se destinan por día 72 hombres para atender las visitas de los familiares en las dependencias; 25 cumplen funciones de carceleros, 40 son afectados para el traslado de reos a los centros asistenciales para controles o exámenes médicos; 13 están custodiando a procesados que se encuentran detenidos en hospitales y 25 vigilan a las personas a las que se le otorgó el arresto domiciliario,
La mayor sangría se produce en el traslado de presos a Tribunales. Según confirmaron fuentes del Ministerio Público Fiscal, por día se trasladan a por lo menos 70 reos. Para realizar esta tarea, se necesitan tres efectivos (el chofer del móvil y dos custodios) por detenido, es decir, 210 hombres. Además, se sacan de servicio unos 35 móviles (si es que se llevan dos detenidos por vehículo). El Servicio 911 cuenta en estos momentos con 20 camionetas en el ámbito de la capital.
En el Poder Judicial ya tomaron nota de este inconveniente y están buscando soluciones. Desde el Ministerio Público Fiscal se comunicó que a partir de los próximos días los presos serán trasladados en unidades especiales a las 5 de la mañana y permanecerán hasta la tarde en la alcaldía de la Corte.
También se comunicarían las resoluciones en los centros de detención y no pedir el traslado de los detenidos. El juez Facundo Maggio aplicó este sistema para informar que les había dictado la prisión preventiva a los 11 integrantes de la banda acusada de estafas en la compra y venta de vehículos.
4- Aumenta la tensión
El clima entre los 1.000 detenidos que están alojados en las dependencias policiales no es bueno. En una semana se produjeron cuatro hechos que encendieron una luz de amarilla en la provincia. El miércoles 13, Oscar Delfín Rodríguez se fugó del Destacamento Falivene. Fue recapturado cuatro días después, pero para atraparlo se formó un equipo especial de más de 30 hombres.
En menos de una semana se produjeron tres intentos de motines. La comisaría de San Pablo (viernes 15); la Seccional 12ª donde se frustró una fuga de al menos 12 reos (el domingo) y la ex Brigada (miércoles) fueron los lugares donde se registraron incidentes.
Por la falta de espacio, muchos de los reos son alojados en las oficinas de las dependencias. Rodríguez, al escaparse, no estaba encerrado en un calabozo, sino que se encontraba en la pieza que tienen los efectivos del destacamento porque no había otro lugar donde colocarlo.
El miércoles por la tarde, después del intento de motín en la ex Brigada, los comisarios de esa repartición enviaron un desesperado mensaje por de WhatsApp “Para todo el grupo: les estoy pidiendo colaboración. Gracias a la actuación del Grupo Cero, Infantería y Bomberos se acaba de neutralizar un motín de detenidos en Alcaidía de la Brigada.. Tengo 74 detenidos alojados en la Alcaidía y casi 20 en oficinas. Por favor si alguna dependencia tiene cupo para alojar, les agradecería que nos colaboren”.
5- Inseguridad
En 2015, cuando los fiscales Adriana Giannoni y Diego López Ávila denunciaron la situación de los presos, había poco más de 500 detenidos en las comisarías, la mitad de los 1.000 que existen actualmente.
Los funcionarios habían pedido, además de los reos y de los vecinos de las comisarías en la que se alojaban detenidos, medidas de protección para los policías que se dedicaban a cuidar a los reos, ya que consideraban que realizaban un trabajo para el que no habían sido preparados y ponían en riesgo su integridad física por no tener los medios necesarios.
Los estándares internacionales recomiendan tener dos custodios por detenido. En nuestra provincia hay un efectivo cada reo, ya que es imposible respetar con lo que dicen las normas. Si fuera así, la fuerza tendría que destinar 2.000 hombres para realizar esa tarea. Ese número es imposible de respetar teniendo en cuenta que la Policía cuenta con 1.600 hombres en servicio por día.
Las comisarías no cuentan con la infraestructura necesaria para albergar esa cantidad de detenidos. Los reos duermen en el suelo, no tienen las instalaciones sanitarias para hacer sus necesidades (normalmente las hacen en tachos de pinturas) y se higienizan con trapos mojados porque no tienen duchas.
La mayoría de las dependencias tampoco cuentan con elementos para atender emergencias como ser matafuegos o botiquín de primeros auxilios.