LA PAZ, Bolivia.- La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, clamó a sus opositores que la “dejen gobernar” por el “tiempo corto” que estará en el poder, ante el bloqueo impuesto en La Paz por simpatizantes de Evo Morales, exiliado en México.
Áñez, que asumió el 12 de noviembre tras la renuncia del líder indígena, forzada por un planteo militar, aceptó que pasa momentos “muy difíciles”, después de que el martes se registraran ocho muertos en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, cuando fuerzas de seguridad dejaron ocho muertos cuando trataban de romper un bloqueo a una planta de gas.
Ciudades complicadas
La escasez de combustible afecta las ciudades de La Paz y El Alto, y también tiene incidencia en la distribución de alimentos. En las estaciones de servicio y centros de abastecimiento se observan largas filas de personas que buscan proveerse.
“Este es un gobierno de carácter provisorio. Tiene como propósito la pacificación del país y la convocatoria a elecciones libres y transparentes en el más breve tiempo”, señaló, en un discurso ante el cuerpo diplomático, reproducido por Prensa Latina y agencias internacionales.
La represión, desatada luego de las elecciones generales del 20 de octubre, dejaron 32 muertos y más de 400 heridos, casi todos a manos de fuerzas del Ejército y la Policía. La marcha para reclamar justicia luego de la “masacre de Senkata”, fue nuevamente reprimida el jueves, al llegar a La Paz. La semana anterior, en el puente de Sacaba, hubo otra matanza de indígenas que protestaban.
Asilado en México, Morales fue acusado formalmente de delitos como terrorismo y sedición. El Gobierno de Añez adujo tener pruebas, como un audio en el que se atribuye su voz para supuestamente incitar a bloqueos de rutas. Morales denunció que ese audio fue editado para hacerlo aparecer como instigador.
La denuncia fue presentada en la Fiscalía de La Paz por el ministro interino de Gobierno, Arturo Murillo. (Especial)