Gonzalo Javier Salas Molares, yerno del coimputado César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani, brindó una de las declaraciones testimoniales más llamativas del caso “Ledo”.
El marido de María Julieta del Milagro Milani, una de las hijas del ex jefe del Ejército, expresó que había sido parido en cautiverio en agosto de 1976. “Nací en el penal de Olmos (provincia de Buenos Aires). Mis padres habían sido detenidos de manera ilegal durante la dictadura. Más allá de César, tengo la necesidad de estar aquí y contar cómo veo la situación. Yo sufrí torturas in vitro (sic): a mi madre le hicieron submarinos y le aplicaron la picana mientras yo estaba en su panza. Sé que se puede interpretar mal, por eso no lo traje, pero tengo un cartelito que dice ‘exigimos justicia’. Yo me identifico con los 30.000 desaparecidos, pero logré entender que la vida vale para todos”, manifestó el testigo, que es locutor y despachante de aeronaves.
Salas Molares puso en duda la salud mental de Clara Waite, tía de su cónyuge; hermana de su suegra, Ana Waite, y cuñada del acusado. El 24 de octubre y también con el juramento de decir la verdad, Clara Waite había manifestado al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán que su padre le había advertido en 1985 que Milani era un “hombre peligroso que había matado al soldado Alberto Ledo”.
“Clara pedía plata, y amenazaba a Ana y a César. Recuerdo que en un momento Ana tuvo que ir a rescatar a su madre, que todavía vivía, por las condiciones salvajes y paupérrimas en las que la tenía Clara: estaba como prisionera de ella. Lo más loco es que, después de ese suceso, la invitamos a nuestro casamiento (en 2009). Ella fue, pero no cambió (...). Había algo más que un conflicto: creo que se trata de un problema subyacente que tiene que ver con la personalidad y la psiquis de esta señora”, dijo Salas Molares.
El testigo luego explicó que llevó una carta de su esposa y cuñadas a las familiares de Ledo porque los Milani siempre tuvieron la intención de colaborar en la búsqueda de la verdad, y que por eso intentaron un acercamiento con las querellantes Marcela Brizuela de Ledo y Graciela Ledo. Y añadió que su suegro había modificado sus preconceptos sobre los militares: “es como mi segundo padre. A mí me costó mucho entender cómo pudo ser militar. Es una persona preocupada, que da lo mejor y siempre busca el bienestar de los demás. Es muy divertido. Podés charlar sobre cualquier tema con él”.