LA PAZ, Bolivia.- A cuatro días de autoproclamarse presidenta interina y mientras intenta conseguir el reconocimiento de la región y el mundo, Jeanine Áñez habló ayer con la prensa internacional y advirtió que no reconoce las nuevas autoridades designadas en el Congreso y anunció un plan de la policía y las Fuerzas Armadas para evitar el desabastecimiento de combustible, uno de los principales temores en Bolivia.
El jueves, por primera vez desde que Evo Morales renunciara y denunciara un golpe de Estado, el Movimiento al Socialismo (MAS) inició un diálogo con las fuerzas políticas que tomaron el poder e impusieron a Áñez. Una parte de este sector aceptó sentarse en la primera sesión del Senado tras el derrocamiento del presidente y se eligieron nuevas autoridades para reemplazar a las que renunciaron junto a Morales.
Áñez, quien aseguró que “asumió la responsabilidad del gobierno ante la ausencia de autoridades y del Estado”, anunció que desconoce a esas nuevas autoridades. De ser reconocidas legalmente, deberían ser parte de la línea sucesoria presidencial. “Va a haber una impugnación. El Movimiento al Socialismo tiene mayoría en ambas cámaras y la información que tenemos es que no habría conseguido el quórum. No podemos seguir llevando adelante acciones manipuladas de este tipo. Necesitamos la pacificación del país y así no la conseguiremos. Debemos ser responsables”, aseguró Áñez, pese que el MAS posee quórum propio.
La presidente interina autoproclamada también se refirió a uno de los grandes temores que sobrevuela a La Paz y otras partes del país con el avance de los cortes de calles, rutas y el avance de caravanas de manifestantes que llegarán a la capital este fin de semana para pedir su renuncia: el desabastecimiento de combustible y, eventualmente, de alimentos.
“Hay un plan que desconozco porque no es mi rol saberlo. El Ministerio de Defensa, junto con las Fuerzas Armadas y la policía, diseñaron un plan para tener todos los caminos expeditos para poder llegar a toda la población”, explicó.“Espero que se haga de manera pacífica”, agregó.
Áñez dedicó gran parte de su exposición a criticar al gobierno de Morales, lo acusó de “malgastar el dinero de todos los bolivianos”, de fomentar un “falso racismo de las ciudades al campo” y de haber cometido fraude en las últimas elecciones, en las que primero festejó su triunfo en primera vuelta y luego llamó a nuevos comicios.
“El presidente Morales se tuvo que ir del país por los reclamos públicos por el fraude. Nunca hubo una orden de detención”, aseguró la presidenta interina autoproclamada. “Ahora el MAS demanda que vuelva cuando él se fue solo. Que vuelva, pero sabe que tiene que responder a la Justicia.”
Una y otra vez Áñez destacó que su gobierno es transitorio y no procura la venganza, solo convocar a elecciones lo antes posible. No pudo poner fecha, pero dijo que deberían ser antes del 22 de enero. (Télam)