Los apoyos al presidente renunciante de Bolivia, Evo Morales, se multiplicaron ayer en varias provincias de la Argentina y también en Tucumán. En la Plaza Independencia confluyeron organizaciones sociales, barriales, políticas, colectivos feministas y de derechos humanos para acompañar a la comunidad boliviana, que salió a repudiar lo sucedido en el país vecino en las últimas semanas, y que culminaron el domingo con la renuncia del mandatario.
Marcharon los partidos de izquierda, como el MST, el PCR, el PTS y Partido Obrero, representantes de derechos humanos, como Asociación Madres de Plaza de Mayo, sociales, como la CCC y la CTEP, feministas, como Ni Una Menos Tucumán y Casa de las Mujeres, entre muchas otras.
Ondeando la wiphala, la bandera arcoiris con la que se representa a las comunidades andinas, y carteles con la consigna “Evo no está solo” y “No al golpe de Estado en Bolivia”, exigieron el cese de la violencia contra la población indígena y la persecución de funcionarios y simpatizantes de Morales.
“Estamos muy tristes. Lo que han hecho contra el hermano presidente Evo Morales no tiene una salida positiva para nadie”, indicó Mario Mallon, referente de la comunidad boliviana en Tucumán, con base en San Isidro de Lules.
“Su pecado ha sido ser indígena y devolver derechos a los postergados. Su pecado ha sido promover programas sociales y viviendas solidarias, devolver dignidad a los pobres, con una economía estable, con crecimiento”, lamentó.
Sobre la situación en Bolivia, el dirigente contó que supo, a través de sus familiares que “es un infierno” porque no hay acceso a mercaderías y los precios se han disparado. “Es lamentable que haya un sector que está feliz. Sabemos que venían preparando un golpe desde Santa Cruz de la Sierra, que es de donde se exporta el racismo”, dijo.
Con sus casi 60 años, Mallon insistió en que puede “reconocer las dictaduras” porque las ha visto. “Lo que está pasando ahora en Bolivia es lo que son las prácticas de las dictaduras, no lo que hizo Evo. No me vengan a decir que Evo es un dictador”.
Además, hubo concentraciones en Jujuy, en Neuquén, en Rosario. También en Inglaterra, donde un grupo se manifestó frente hacia la embajada de Bolivia en Londres.
Reclamo a Macri
En Ciudad de Buenos Aires, miles marcharon desde el Obelisco. Organizaciones sociales, partidos de izquierda y gremios se movilizaron hacia la embajada de Bolivia, en avenida Corrientes al 500 y prosiguieron hacia la Cancillería argentina, en la plaza San Martín, para pedir al gobierno argentino que no sea “cómplice” y “denuncie” el ataque a la democracia en la región.
“Defendamos la paz y la democracia en América Latina” y “Evo no estás solo” rezaban algunos de los carteles sostenidos por integrantes de la comunidad boliviana en la Argentina, que también se hicieron presentes en la movilización, con sombreros típicos y numerosas banderas de su país.
Las distintas agrupaciones, entre las que se contó a Barrios de Pie, Partido Obrero, Movimiento Popular La Dignidad, MST, Polo Obrero, MUP y la Corriente Clasista y Combativa, se concentraron pasadas las 12 en el Obelisco, en el cruce con avenida Corrientes, donde el tránsito fue interrumpido por personal de la Policía de la Ciudad.
Luego llegaron las columnas de la CTA, ATE y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que condujeron la movilización hasta la embajada de Bolivia. El referente de la CTEP Juan Grabois, exigió al gobierno argentino que debe “denunciar el golpe de Estado y dejar de negarlo, porque la negación lo convierte en cómplice”, además de “garantizar la integridad física de las personas que están pidiendo asilo”.
Grabois dijo que quisiera preguntarle al presidente Mauricio Macri “cómo le llamaría si, en Argentina, los jefes de las tres fuerzas armadas se sentaran frente a las cámaras de televisión a decir que él tiene que renunciar, si eso no es un golpe de Estado”, añadió.
Entre los partidos y organizaciones que repudiaron que los militares y civiles hayan forzado la salida de Morales están el Partido Justicialista, una parte de la Unión Cívica Radical, la Confederación General del Trabajo, los partidos de izquierda, el Partido Socialista, el GEN y todo el movimiento de Derechos Humanos de la Argentina.