Básquet: herencia familiar y primera generación

Básquet: herencia familiar y primera generación

UN CAMINO. Trabajar de manera integral, sin que importe el resultado, es una máxima que deben seguir los clubes. UN CAMINO. Trabajar de manera integral, sin que importe el resultado, es una máxima que deben seguir los clubes.
11 Noviembre 2019

Muchos de los chicos que se acercan a las divisiones inferiores de un club de fútbol lo hacen con la idea de escalar socialmente. De mínima, buscan volverse profesionales, recibir un sueldo a fin de mes que les permita vivir bien. De máxima, entrar a ese Olimpo donde vive un puñado de elegidos. No ocurre lo mismo con el básquet. En parte, debido a que salvo a niveles de NBA o de las grandes ligas de Europa, este deporte no ostenta como lo hace el fútbol.

El acercamiento de un chico al básquet suele darse a partir de diversos caminos. Claro que está la herencia familiar: en los clubes abundan los hijos y los sobrinos de algún jugador, ex jugador o dirigente. Pero también se dan los casos de chicos que podrían llegar a ser la primera generación de basquetbolistas en su familia.

“Se están dando muchos casos de padres a los cuales les gustaría que sus hijos jueguen al fútbol, pero como no pueden llevarlos a esos complejos, porque quedan lejos, los terminan llevando al básquet. En San Miguel de Tucumán tenemos un club de básquet cada 10 cuadras, más o menos”, consideró Gustavo Gaete, entrenador de Estudiantes. Algo similar opinó Miguel Gali, de Central Córdoba. “La gran mayoría de los padres no tienen nada que ver con el básquet. Buscan que sus hijos practiquen algún deporte, y en esa búsqueda lo primero que tienen en cuenta es un club que les quede cómodo para el traslado, y los horarios de entrenamiento”, dijo.

Entre los que consideran que impera la herencia familiar se cuenta Martín de Zan, coordinador de las formativas de la Federación de Básquet de la Provincia de Tucumán. “Mayoritariamente, los hijos de ex jugadores y/o entrenadores llegan al club acercados por sus padres o madres; y después heredan la pasión y continúan”, señaló. Ramiro Manrique, presidente de Juventud Unida de Tafí Viejo, también puso el acento en la importancia de la parentela en la iniciación de un chico en el básquet. “En un gran porcentaje, el chico llega al club porque algún familiar jugó al básquet. De todos modos, también hay padres que mandan al chico a un club en busca de esparcimiento y de desarrollo personal”, dijo.

Matías Nieva, de Talleres de Tafí Viejo, puso el foco en los torneos nacionales que disputa el club, como incentivadores. “Eso funciona como una vidriera, de que un club juega a otro nivel”, indicó.

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