03 Noviembre 2019
“En algún momento de mi vida yo hice click con la piedad popular. Cuando empecé a descubrirla quedé fascinado. Yo creo que el futuro de la Evangelización de la Argentina tiene que ver con esta fuerza que va tomando la piedad popular. En ese sentido es un obsequio que el Norte puede hacerle al país”, asegura monseñor José María Rossi.
Concepción es una de las diócesis donde la religiosidad popular se expresa en su plenitud. “Nuestra gente es así. Esa es la piedad de la gente común, simple, que se da en el seno de las familias, en las fiestas patronales, en las misas de difuntos. Ahí está la fe de la gente. Es una fe sincera, auténtica, con mucha sabiduría. Y eso acá en la diócesis es la vida nuestra. Así es aquí la vida cristiana”, se emociona.
“Pero tuvieron que pasar muchos años hasta que esto, que llaman la religiosidad popular, tuviera personería para la Iglesia. En una época la piedad popular era como menospreciada y criticada. Pero poco a poco se ha ido imponiendo este reconocimiento. En el Documento de Aparecida de 2007, de los obispos de América Latina, se dedica mucha fuerza a la revalorización de la piedad popular. El Papa Francisco, en la primera carta suya Evangelii Gaudium habla de ello con claridad”, afirma.
En la religiosidad popular lo civil y lo religioso está unido. Explica: “uno va a una fiesta patronal y ve que está el santo con una bandera argentina y otra papal. Se canta el Himno y se oficia misa. Y se reza el rosario. No hay un tabique que divida lo religioso de lo civil. Está todo junto en el corazón de la gente. Esa es la vida. Lo religioso tiene capacidad para asumir todas las cosas humanas y darle un significado trascendente. La gente vive esto con mucha claridad y es lo que nos permite seguir vivos como sociedad, a pesar de las crisis”.
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