El estallido social que conmocionó a Chile este fin de semana afectó a los ciudadanos y también de quienes estaban de visita. Un grupo de deportistas argentinos -más de 100 personas, de entre cuatro y 60 años-, entre los cuales había tucumanos y chaqueños, quedó atrapado entre las barricadas y tuvo que volver antes de lo previsto al país.
Según contó, a LA GACETA, Alexis Cabrera, coach del grupo de tucumanos que asistió a la competencia internacional de taekwondo en Quillota, la delegación argentina llegó el viernes a esa ciudad, ubicada a una hora y media de la capital, Santiago de Chile. “Ese día no vimos ninguna señal de lo que estaba pasando. En las plazas se veía algún movimiento”, relató, pero nada que indicara que el caos se había apropiado de varias ciudades del país.
El sábado, cuando promediaba la competencia, les avisaron que se suspendía el evento. “Los más chicos estaban concentrados en la competencia y no se enteraron (de la gravedad de la situación)”. Los juveniles y los adultos, sí supieron que se había decretado el estado de excepción y toque de queda.
“Eran las 19 del sábado, y el ómnibus tuvo dificultades para salir de la zona. Había las calles cortadas por barricadas, saqueos, gente en las esquinas batiendo cacerolas. Además, había toque de queda a las 21, y nosotros estábamos a 40 minutos del alojamiento, en un lugar cerca de las montañas”, contó. Para evitar exponerse a quedar en medio de las protestas, tuvieron que cambiar de alojamiento a un hotel cercano al estadio. Los planes de visitar Santiago de Chile, al día siguiente, quedaron truncados y emprendieron el regreso el mismo domingo, ante el temor de que se cierre la frontera. Anoche, ya estaban camino a Tucumán.
La represión a las manifestaciones que estallaron el viernes a la noche dejaron tres muertos y cuantiosas pérdidas. El presidente, Sebastián Piñera, suspendió el sábado un alza del pasaje del subte, que detonó las manifestaciones en la capital, que luego se esparcieron a otras ciudades del país.
La limitación de movimiento y reunión, que se aplicó en Santiago por primera vez desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet, no detuvo las acciones del sábado a la noche, con nuevos incendios y saqueos a comercios. Anoche, los militares patrullaban calles en tanquetas, sobrevoladas por helicópteros, para evitar nuevos incendios en la red de trenes subterráneos.