Lucas González es el capitán del equipo y jura que le "cambió la cabeza"
Con una sonrisa estampada en la cara, Lucas González mira la copa dorada que lleva en una mano y ratifica lo que ya anticipaba su rostro: "sí, vale mucho".
Una década después de que un tribunal lo hallara culpable de haber asesinado a su ex novia María Fernanda Chaila, es el capitán del equipo de rugby del penal, UPAL (Un Pase a la Libertad).
Trece años lo separan de aquel episodio sangriento, cuando le disparó en la cabeza a la joven que se negaba a seguir adelante con la pareja. Hoy asegura que es otro, gracias al rugby. "Nos sacaron el chip que teníamos y nos pusieron un chip nuevo", afirma.
El partido que les acaban de ganar a los gendarmes por 21-0 significa mucho para los locales. Además de que llevaban seis meses sin jugar con ningún equipo de afuera, González cuenta que todavía está en recuperación porque le golpearon una costilla. "Era un partido que veníamos esperando, todos los partidos son especiales para nosotros, pero este tenía un plus y lo queríamos ganar", dice, con el orgullo de quien acaba de dejar "el 100%".
Si bien entrenan solo dos veces a la semana -los lunes y los jueves- está convencido de que les "cambia la cabeza". Relata que forma parte del plantel desde que nació el proyecto y que ese deporte lo ayudó "a dejar todo tipo de drogas y el mal comportamiento que uno tiene".
Y eso no es todo. Según González, mientras están en el campo de juego se olvidan de su condición de presos. "Yo te digo, ahora, recién estamos volviendo en sí de que estamos privados de la libertad. Cada vez que jugamos nos sentimos libres", dice.
Ni siquiera menciona el crimen que cometió. Pero sí sostiene que "somos todos seres humanos, todos cometimos errores y los estamos pagando". Entonces lo interrumpe una pregunta: ¿cómo se hace para no caer en las malas tentaciones que lo rodean muros adentro? "Se zafa siendo fuerte, es todo cuestión de voluntad de cada uno -responde con seguridad-. Esto es una jungla donde hay que aprender a sobrevivir, tenés que saber decir no".