“Escuche mi dolor, es mi hijo el que va ahí, en el cajón”, le suplicó Valeria Rodríguez a uno de los policías que disparaban balas de goma en medio del cortejo fúnebre. “¿Sabe qué hicieron? Me ramearon de los pelos”, agregó la mujer, casi afónica por tanto llorar. Valeria tenía manchas de sangre en su ropa como consecuencia de los tres disparos de postas de goma. Su marido, Sergio Marcelo Correa, se levantó la remera y se arremangó el pantalón para mostrar 10 perdigonadas, y a su hija, Rocío Correa, le corría un hilo rojo por el brazo izquierdo.
Todo sucedió ayer a la tarde, cuando trasladaban los restos de Sergio Correa al Cementerio de La Paz. El joven tenía 17 años y el miércoles a la mañana murió atropellado por una camioneta cuando circulaba a caballo por la autopista Tucumán-Famaillá. Fuentes de la Policía informaron que los incidentes se registraron porque los acompañantes protagonizaron disturbios.
“Antes de que el acompañamiento saliera de la casa, en el barrio San Felipe, se acercó el comisario de la 9ª para decirnos que no hagamos tiros ni nada”, contó el padre de la víctima, quien -según dijo- le explicó que solo pondrían música porque a su hijo le gustaba mucho el cuartetero Walter Salinas.
“Era un acompañamiento grande y adelante iba un auto con parlantes, donde sonaba la música”, describió el hombre. “Cuando íbamos por la avenida Independencia y Constitución -continuó-, ese auto se quedó sin nafta y bajamos algunos para tratar de sacarle combustible a otro vehículo y ponerle, pero ahí se acercó la Policía y nos pidió que avancemos”.
Según ese relato, todo se complicó cuando intentaron empujar el auto para que arrancara y los uniformados comenzaron a hacer tiros al aire. “Les trataba de explicar lo que estaba pasando, les hablaba con mucho respeto, pero una mujer policía me pegó con la cachiporra en el brazo”, contó Rocío, quien había viajado desde Buenos Aires para despedir a su hermano: ella juega en San Lorenzo de Almagro y la Selección de fútbol.
La joven de 19 años dijo que en ese momento aparecieron unos 20 policías y les dispararon a todos. “Corríamos y nos seguían haciendo disparos. Hay por lo menos 15 heridos. A un tío mío le pegaron 25 tiros”, agregó.
Tanto ella como sus padres aseguraron que nadie estaba armado. “No teníamos intenciones de provocar nada, solo queríamos ir al cementerio a dejar a mi hermano”, explicó Rocío.
Con las heridas en el cuerpo, continuaron hasta el cementerio y despidieron a Sergio. El abogado Antonio Raed, quien afirmó que había participado del sepelio en calidad de amigo de la familia, expresó su indignación por el accionar de la fuerza: “afuera nos esperaban 25 móviles y 50 motos de la Policía; si en ese momento pasaba algo en otro sitio de la ciudad no sé qué hacían porque estaban todos ahí”. El letrado tomó el teléfono, se comunicó con una autoridad del área de Seguridad y pidió por favor que retiren los móviles para que la familia pudiera salir del cementerio, ya que estaban atemorizados y necesitaban ir al hospital para pedir asistencia médica.
“La Policía estaba acompañando el cortejo hasta que se detuvo por alguna razón. Parte de los acompañantes se abalanzaron sobre una casa y su propietario pidió intervención al sentirse amenazado. Cuando los efectivos les pidieron que se retiren, comenzaron a arrojar piedras. Por eso se los dispersó”, explicó el jefe de la Unidad Regional Capital, Manuel Sosa. El comisario aclaró que una pollería terminó dañada. “Se les había pedido que realicen el acompañamiento sin problemas porque no podemos permitir que pongan en peligro la integridad de los ciudadanos por donde pasa el cortejo. Lamentablemente no cumplieron con las recomendaciones”, destacó.
“Hasta el momento no se realizó ninguna denuncia por exceso policial. Si hubo alguna persona afectada, les pedimos que radiquen las demandas para avanzar con la investigación. Se están haciendo las actuaciones correspondientes para determinar si hubo inconductas de la fuerza”, concluyó Sosa.
Cinco minutos duraron aproximadamente los incidentes que se registraron en avenida Independencia y Constitución.