La talentosa tucumana, colaboradora fundacional de este suplemento, impregnó a Europa con su música, rescató las voces profundas de nuestros valles y plasmó una estética rigurosa en sus libros. En 1951, publicaba su primer poema en estas páginas.
¡Cuántos genios así pueden florecer en un medio en el que la educación estimule el trabajo, la creatividad y el rigor intelectual en lugar de permitir que el facilismo idiotizante cunda como peste en nuestras aulas!