“Las diferencias están a la vista. Él se burló durante ocho años de la Justicia y ella nunca bajó los brazos, pese a la dura condena que recibió. Sigue estudiando y ya está gestionando el permiso correspondiente para poder trabajar”, explicó Manuel Pedernera, defensor de Silvia Raquel Lai, la única condenada por el homicidio de su marido.
Ha sido sentenciada a prisión perpetua y ya lleva 11 años tras las rejas. Al poco tiempo de haber ingresado a la cárcel comenzó con sus estudios de Derecho. Ya tiene el título de procuradora y le quedan seis materias para ser abogada. “También sigue enseñando a sus compañeras de prisión y realiza todos los talleres de manualidades que puede. El intendente de Banda del Río Salí, Darío Monteros, hace poco tiempo la distinguió por ser una persona modelo”, agregó el abogado.
A Lai no le resultó sencillo estudiar. Mantuvo una disputa legal con el juez de Ejecución y Sentencias, Roberto Guyot, que le impedía seguir tomando clases. Finalmente pudo hacerlo, tras recusar al magistrado y quedar a cargo de Wendy Kassar, como presidenta de la Sala IV.
“El martes tuvimos una audiencia con la magistrada. Ella le explicó que quiere ingresar a un programa especial que la habilita a trabajar como docente fuera de la cárcel. Es un programa que lanzó la Nación y que sirve para la reinserción social de las personas que fueron condenadas”, destacó Pedernera.
El abogado señaló que ella nunca dejó de tener contactos con sus cuatro hijos. “Silvia, pese a la situación de encierro, los siguió vigilando para que siguieran con sus estudios. Por su buena conducta, en varias oportunidades le otorgaron permisos para visitarlos”, concluyó Pedernera.