En la mañana del lunes 23 de febrero de 2011, los jueces iban a dictar sentencia para Luis Rafael Piccinetti, imputado del crimen del agricultor José Luis Salas (asesinado en julio de 2007) junto a junto a Silvia Raquel Lai, pareja de la víctima. Sin embargo, el profesor de gimnasia nunca apareció, ni se supo nada más de su paradero hasta hoy, cuando fue capturado en Bolivia.
Pero antes de protagonizar la fuga que se extendió durante más de ocho años, Piccinetti dejó una carta en la redacción de LA GACETA, y con su puño y letra explicó el porqué de su rebeldía ante la Justicia. Fueron cuatro las frases más fuertes en el mensaje del escrito:
1. "Somos (...) condenados muchas veces los pobres, injustamente, por jueces y fiscales como la Dra. (Adriana) Giannoni que tiene en su jurisprudencia huzar (SIC) el derecho de la fuerza".
2. "Al no tener garantías jurídicas, he decidido no presentarme a escuchar mi sentencia, porque en ningún momento le dieron derecho a mi defensa".
3. "Quiero decirle a la Justicia y a la sociedad que sí me presentaré, porque no escapo de la injusticia (se interpreta que quiso escribir justicia), sino de la injusticia".
4. "A Jesucristo lo mataron... ¿era culpable?".
Para la Justicia, los acusados eran amantes y Salas los descubrió. Más tarde, siempre según esta hipótesis, los imputados ejecutaron al agricultor. La víctima, que fue encontrada sin vida en la habitación de su domicilio, recibió múltiples golpes en la cabeza con un objeto metálico.
La Policía secuestró una mancuerna en el gimnasio de Piccinetti. Los investigadores creen que esta fue el arma homicida. El sospechoso ahora será trasladado a Tucumán, donde podría sufrir una pena agravada por la fuga.