Por Florencia Bringas
08 Septiembre 2019
EL OFICIO. Marcela Lovegrove fotografía un plato frente a alumnos.
Empezó cuando todo se hacía de manera intuitiva, sin técnica. No era fácil. Se trabajaba con cámaras análogas. Entonces disparaban unas pocas fotos, para luego revelarlas y repetir la operación si fuera necesario. No había computadoras ni visores. Y la estética era diferente, sin efectos, con comidas más prolijas, más ordenadas, más limpias, más formales. Hace 40 años que Marcela Lovegrove se dedica al food styling, y ya ha hecho escuela: no sólo ha trabajado para primeras marcas locales e internacionales, sino que ha enseñado, y lo sigue haciendo, sobre la importancia de su oficio. Porque cualquier chef o una cadena de hamburgueserías quiere mostrar su receta y que se vea apetitosa. Ella lo logra en cada foto.
Lovegrove habló con LA GACETA antes de presentarse en el local Paradisi, en Yerba Buena, en donde enseñó técnicas básicas de fotografía de comidas a emprendedores, a amantes de la comida y a fotógrafos.
- ¿Qué quieren sus clientes cuando encara una campaña? ¿Hay pedidos difíciles?
- Hay distintos clientes. Yo soy netamente publicitaria. Trabajo para campañas de publicidad que se ven en diarios, revistas, vía pública y trabajo haciendo comerciales para televisión. Nada es más alta que la exigencia publicitaria. En cambio, las redes sociales son infinitamente menos exigentes. Para las redes no necesitas técnicas. Tienen que ver más con lo visual y lo estético que con algo muy exigido. Y como en las redes no hay presupuesto, tampoco se puede pedir mucho. Y sí, hay pedidos difíciles si trabajás para una marca de hamburguesas de primer nivel. El pedido es complicado porque la hamburguesa es difícil de hacer, como también es complicado trabajar con marcas de helado, de pollos, de pavos. Son productos difíciles de fotografiar y de filmar.
- ¿Qué debe transmitir una foto de comida?
- Hoy y siempre deben transmitir apetitosidad. Que entre por los ojos. Que te tiente. Que esa imagen hable del sabor, de la humedad, de la crocancia, de las características de esa comida. Que te despierte el deseo de probarla. Que provoque una situación familiar, un momento, un recuerdo. Que esa imagen te lleve a querer volver a comerla.
- ¿Hay un estilo argentino o latino en el food styling?
- Decididamente sí. Nosotros, como los chilenos y uruguayos, tenemos un estilo más europeo en nuestra fotografía, en nuestro look. Los otros son países más coloridos. Al tener una comida nacional muy fuerte, típica, se trasladan hasta en los utensilios que usan. Argentina va a la vanguardia absoluta en lo publicitario y en lo cinematográfico. De todas formas, hay trabajos espectaculares de food styling latinos. Uno nota un estilo, pero todavía hay ciertas fotos que son clásicas, antiguas en su concepto de iluminación y de encuadre.
- ¿Qué tipo de elementos va comprando o coleccionando para hacer sus stylings?
- Todos. Uno tiene que tener elementos para hacer buenas fotos. Debe disponer de buenos fondos, de buena vajilla. Aunque no se necesita mucho. Hoy en día la fotografía gastronómica es increíblemente sencilla. Son fotos muy minimalistas, muy simples. A su vez se necesita, dentro de esa simpleza, saber cuáles son los colores de moda, los encuadres, los ángulos, la distribución de las cosas en el encuadre, qué se pone y cómo. Es muy importante ir coleccionando y comprando tablas, telas (no están muy de moda en este momento), elementos de cocina vintage o muy modernos. Hay que mirar qué se usa, observar a los que vienen creando las tendencias. De acuerdo con eso ir comprando.
- Su programa “Recetas de familia” está en su cuarta temporada y fue nominado a los Martín Fierro del cable ¿Qué le da la televisión teniendo en cuenta que Instagram está cada día más fuerte?
- Tres veces fue nominado en cuatro temporadas. Soy food stylist de esencia. Tengo un perfil muy bajo. La tevé me dio cierta notoriedad, visibilidad y la increíble posibilidad de compartir desde ese lugar mi amor por la cocina. No estoy exageradamente atenta a las redes, ni a la televisión, ni a nada. Lo que más quiero en este momento es profesionalizar este oficio, en el que lamentablemente Instagram lo bastardea tanto. Hoy cualquiera se llama food stylist da talleres y no tiene ni una campaña hecha o ni un sólo comercial. Estoy dedicada a profesionalizar y honrar a este oficio. No se trata de fotos lindas. Fotos lindas hace cualquiera sin saber hacer absolutamente nada. Esto es otra cosa.
Definición y origen
- Food styling (estilismo gastronómico) es un oficio que tiene como objetivo la estética de los alimentos, a fin de lograr la mejor imagen frente a cámara.
- Si bien con las redes sociales está en auge, se practica desde el siglo XIX, con fotografías con escenas de pic-nics, en el que acomodaban frutas y otros alimentos.
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