La unión sexual en el Kamasutra
08 Septiembre 2019

Por Inés Páez de la Torre.- Antiguo y popular texto proveniente de India sobre las artes amatorias, el Kamasutra dedica uno de sus más extensos capítulos a la “unión sexual”. Donde, entre otros muchos temas describe, con todo detalle, cómo un hombre debe comportarse durante el encuentro erótico.

“Hallándose la mujer acostada en el lecho, y en cierto modo distraída por su conversación, le alzará él la camisa, y si ella comienza a protestar, la hará callar cubriéndola de besos. Entonces, puesto su lingam en erección, paseará las manos sobre diversos sitios y manoseará delicadamente ciertas partes del cuerpo”. El texto, como en muchos otros pasajes, hace distinciones de acuerdo al tipo de mujer que se trate: “Si la mujer es vergonzosa, y si es la primera vez que ambos se encuentran, el hombre deslizará sus manos entre los muslos, que ella querrá, probablemente, tener apretados; si es una jovenzuela, deberá, desde luego, apoderarse de los senos, que ella, acaso, intentará cubrir con sus propias manos; después le pasará los brazos bajo las axilas y por el cuello. Si, por el contrario, es una mujer experimentada, el hombre hará lo que pueda ser agradable al uno y al otro y apropiado a la circunstancia. Seguidamente asirá su cabellera y le tomará la barbilla con los dedos para darle besos. Si es ella una joven soltera, se ruborizará y cerrará los ojos. Cualquier que sea el caso, la actitud de la hembra le indicará lo que deberá hacer para brindarle una unión grata”.

Pero, ¿cómo advertir que la mujer está satisfecha? Vatsyayana precisa: “Los signos de deleite y de satisfacción de la hembra son los siguientes: su cuerpo se afloja, cierra los ojos, olvida todo pudor y manifiesta un ansia creciente de unir los dos órganos tan estrechamente como sea posible”. Desde luego, también refiere las señales para detectar que ella no ha gozado: “junta las manos, no deja levantarse al hombre, aparenta estar abatida, muerde al varón, le golpea y sigue agitándose después que él ha acabado”. ¿Qué debe hacer el compañero en una situación como esta? El sabio hindú recomienda que, “en tal trance, debe el hombre frotar el yoni con su mano y sus dedos (como el elefante frota con su trompa) antes de lanzarse al coito, hasta que la irritación esté calmada; después, se ocupará de introducir su lingam”.

Es más que asombroso pensar que estas enseñanzas tan explícitas provienen de hace - por lo menos- mil quinientos años.

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