La incultura cívica y la inseguridad se han confabulado en Tucumán desde hace ya tiempo. Los arrebatos en la vía pública en cualquier sector de la ciudad, así como el vandalismo en los parques y plazas se han vuelto moneda corriente. Hace más de meses, se inauguró la semipeatonal de la calle 25 de Mayo al 300, y a los pocos días se destruyó una bocha; luego, en esa arteria casi Mendoza, se destruyó una maceta, a partir de ahí la vocación destructiva no se detuvo.
El miércoles, la Municipalidad capitalina informó que en el último mes debieron reponer 63 macetas y más de 30 bolardas. Algunas de ellas, se hallan en lugares donde suele haber alguna vigilancia, como en la San Martín al 700, la zona bancaria.
Pero también desde hace bastante tiempo, nuestro principal pulmón verde es víctima de los depredadores, pero también son blanco de los delincuentes los usuario del parque 9 de Julio. En estos días, el municipio ha estado embelleciendo una de sus joyas, el rosedal, que a menudo sufre destrozos, razón por la cual se ha pensado en la posibilidad de enrejarlo. A diario, el lugar es frecuentado por deportistas, ciclistas, turistas y familias enteras que encuentran allí un remanso de verde y aroma a flores. La directora municipal de Espacios Verdes dijo que El Rosedal se convirtió en uno de los sectores más peligrosos, por lo tanto requiere mayor seguridad. “Mucha gente comenzó a elegir el sector de la avenida Soldati para hacer deporte, porque parecía más seguro. Sin embargo, ya no disfruta ni aprovecha el lugar como antes, ya que es desolado e inseguro. Queremos ayudar a que vuelva a ser un jardín florecido, que recupere esa vida y que la gente se sienta segura”, dijo la funcionaria. Recordó también que en el Día de los Fieles Difuntos hubo personas que robaron cientos de rosas para llevar a los cementerios. “La gente también debe tomar conciencia del daño que están generando”, aseveró. Un empleado de esa repartición municipal contó que con frecuencia se suelen robar la bomba de los sistemas hidráulicos de las tres fuentes; en la actualidad solo una está funcionando y respecto del robo de plantas, dijo que hasta los turistas arrancan las flores. “Hace poco descubrimos a dos señoras que se llevaban una bolsa llena de flores. Directamente, les gusta una flor y la cortan. Al día siguiente debemos reponer todo lo que rompen o destrozan”, manifestó. Otro capítulo corresponde a las víctimas de asaltos que suelen ir a desarrollar alguna actividad física al parque.
El municipio le solicitó a la Policía que incrementara la vigilancia, se afirmaba que la petición que la inseguridad y el vandalismo que estaba sufriendo en los últimos días estaban generando graves daños. El subsecretario de Seguridad afirmó que la fuerza realiza tareas de prevención en el parque: agentes de parada; un equipo de bicipolicías; cuatriciclos y motoristas y móviles del servicio 911 y dijo que era necesario coordinar con los guardias municipales. Propuso una reunión conjunta para examinar la situación y diseñar las posibles soluciones.
Esta realidad está mostrando, por un lado, que la labor delictiva prosigue pese a la labor policial que la fuerza asegura desarrollar en la zona, en la que hay además tres hoteles de categoría sobre la avenida Soldati. Por otro lado, el vandalismo del patrimonio urbano refleja la incivilidad de muchos tucumanos, que debería curarse con educación. En otras épocas, Instrucción Cívica era una materia obligatoria en el secundario. Si desde edad temprana no nos enseñan a respetar al prójimo, a querer el lugar donde vivimos y a cuidarlo, estas prácticas deleznables serán difíciles de desterrar.