A lo largo del año, y para generar conciencia en la población sobre cómo prevenirlas y/o tratarlas, distintas formas del cáncer tienen “su” día. Pero hoy no vamos a hablar de la enfermedad. Vamos a centrarnos en quienes la viven desde adentro (literalmente): los pacientes. Porque hoy es su día.
Adriana Olivera tiene 54 años y su cáncer de mama hizo metástasis. Debe hacerse los martes una quimio muy fuerte. Hasta hace un par de meses -cuenta- hizo todo lo posible para no parar. Pero esta vez siente que su cuerpo “le pide” que frene (la medicación es más fuerte, ha perdido el pelo, las mamas se le inflaman...). Y -reconoce- está “bastante encerrada”. “Fue duro descubrir que no puedo planear, pero ahora disfruto de hacer lo que me gusta. Tengo el gran apoyo de mi familia, de amigos... ¡hasta de vecinos a los que no conozco! Y gran confianza en mi médico y en la ciencia”, añade.
Relación médico-paciente
“Es que en un sistema de salud lleno de especialistas, los pacientes necesitan un médico -advierte en diálogo con LA GACETA el oncólogo tucumano Ernesto Gil Deza, director de Investigación y Docencia del Instituto Oncológico Henry Moore y director de la Carrera de Oncología de la Universidad del Salvador, (ambos en Buenos Aires)-; un médico capaz de construir con su paciente una relación honesta y respetuosa, que valore profundamente la oportunidad de conocer la vida de su paciente”. “Que no es un número, ni un diagnóstico, ni un tratamiento -añade-; es alguien que lo deja pasar a la intimidad de su casa, de su historia, de su cuerpo; y esa es una oportunidad única que el médico debe honrar; una oportunidad donde se conjugan la confianza y la conciencia”.
Medicalización
Hasta mediados del siglo XX, los médicos eran los dueños de todo el conocimiento de la medicina. “Pero ahora el saber técnico-científico no es patrimonio de los médicos: ¡cada paper está en Internet!”, destaca.
Y entonces, ¿para qué sirve un médico? “El médico (y en la palabra reúno la totalidad del equipo de salud, desde recepcionistas hasta el jefes de servicio) es necesario no tanto para luchar contra la enfermedad, sino para cuidar de las personas, y hacer que su vida, no importa cuánto dure, sea lo más plena posible. Nuestra fortaleza está en descubrir y tratar a cada uno en su originalidad, en su ser “únicos”; en lo que escuchamos, en lo que tocan nuestras manos, en lo que decimos... Allí sí somos indispensables”, define
Resalta además el rol las palabras: “son el primer medicamento, pero también es crucial escuchar. El médico tiene que encontrar el camino que más le sirva al paciente”, sentencia. Y -destaca- construir una relación así requiere tiempo.
Para Marisa, hoy el camino es hacer lo que la gusta y reencontrarse con los suyos. “La certeza de que voy a vivir menos que otras personas me ayudó a hacer lo que quiero por primera vez en la vida. Todo es una oportunidad; después de haberlo dejado todo por el trabajo, hoy me permito ver series, escuchar música...”, cuenta y asegura que, más allá de la seriedad con que se toma la quimio, lo intenta todo: meditación, yoga, las experiencias de otras pacientes... Ni por asomo baja los brazos.
“Pero puede haber pacientes, incluso pacientes jóvenes, que te digan ‘no quiero más’ -advierte Gil Deza-. Y, aunque se debe ir más allá y preguntarse ‘qué es lo que no quiere y por qué’, y quizás por allí encontrar una salida, la omnipotencia médica también tiene que prepararse para tolerar eso. El paciente es señor de su vida; e incluso si pienso que está equivocado, defenderé a muerte su derecho a equivocarse. Y lo importante será, como siempre, acompañar en el viaje”.
> Cómo informar a los niños decirles la verdad con sencillez para que se preparen para lo que puede venir
A los chicos les hace bien la rutina, pues les da seguridad. Si el día va a alterarse, necesitan ayuda para ajustarse a ello. Y para eso necesitan saber qué está pasando, pero con la información adaptada a la edad, transmitida de forma seria y sensible, según recomienda la American Cancer Society. La entidad destaca que necesitan poca información básica: qué parte del cuerpo está afectada, cómo será el tratamiento y, fundamentalmente, qué cambios habrá en sus propias vidas. “Puede que algunos niños no tengan preguntas al comienzo, pero anímeles a que hagan sus preguntas después si llegan a tenerlas”, agrega el texto. (Ver más en ancer.org/es/tratamiento/los-ninos-y-el-cancer/cuando-alguien-en-la-familia-tiene-cancer/como-afrontar-el-diagnostico/como-decirle-a-los-ninos.html)
>Consejos frente al diagnóstico...
- Pregunte a su médico sobre su tipo de cáncer y sobre tratamientos. Saber qué pasa permite tomar decisiones
- Intente expresar lo que siente; esconderlo hace más difícil enfrentarlo.
- Mímese: cocine su comida favorita, pase tiempo con un buen amigo, vea una película, medite, escuche su música favorita...
- Hacer ejercicio puede ayudarlo a sentirse mejor con su cuerpo.
Fuente: American Cancer Society