El ordenamiento de la circulación de los ciclistas

El ordenamiento de la circulación de los ciclistas

02 Septiembre 2019

Hace ya unos lustros, algunos grupos vienen reclamando su lugar en la ciudad. Los ciclistas no bajan los brazos y reclaman la construcción de bicisendas, así como mayor seguridad en las calles, especialmente las céntricas. Junto a los peatones constituyen los sectores más indefensos. Pero por otro lado, son considerados con los motociclistas los mayores infractores viales.

De acuerdo con un reporte de la asociación civil “Luchemos por la vida”, seis de cada 10 ciclistas (60%) no portan casco, no respetan el semáforo rojo como tampoco la prioridad peatonal; circulan sin luces reglamentarias y reflectantes, muchos andan a contramano y mientras conducen hablan por el teléfono móvil; tampoco visten ropa clara para aumentar su visibilidad. La ONG informó que en 2018 fueron 436 los ciclistas que murieron en siniestros de tránsito en el país, lo que representa el 6% de las víctimas mortales.

A nivel local, el panorama no es más alentador. Según los registros del hospital Padilla, en los últimos dos años los casos de ciclistas lesionados en incidentes de tránsito se cuadruplicaron; se incrementaron en más de un 75%. En 2016, atendieron en total a 39 ciclistas heridos, mientras que en 2017 y 2018 fueron casi 15 por mes (más de 160 casos anuales).

Un funcionario de la Dirección de Emergencias de la provincia dijo que la suba de ciclistas accidentados se debe también a que se incrementó la cantidad de personas que se trasladan en estos rodados. “Nos falta mucho para dar seguridad a quienes se mueven en bici. También a los ciclistas les falta cultura de respeto a las normas, entender cuáles son las medidas de circulación seguras, como por ejemplo llevar casco, ropa visible, elementos reflectivos”, aseveró.

A partir de la segunda semana de septiembre cualquier ciclista que pase un semáforo en rojo se expondrá al secuestro de su rodado, según dijo el subsecretario municipal de Tránsito y Transporte Operativo, quien reconoció que nunca se multó antes a un ciclista porque generalmente no llevan identificación.

Un referente de la agrupación Meta Bici señaló que las bicisendas, los cascos y los controles no mejoran la seguridad de los ciclistas y afirmó que el problema de fondo es que son invisibles en el tránsito. Desde su óptica, la discusión pasa por hacer cumplir todas las normas de tránsito en general. “La solución está en educar, que sepan cuáles son sus responsabilidades, en penar a los que matan al volante o a quienes cometen infracciones. No me parece la solución salir a multar al ciclista”, sostuvo.

Décadas atrás, patentar la bicicleta era un requisito ineludible. Esta debía llevar el ojo de gato en el guardabarros trasero o en la parte posterior de la silleta. Desde niño se aprendía que la circulación debía realizarse por la derecha y no se olvidaba más esa consigna; en muchos casos, se instalaba una bocina y un espejo retrovisor en el manubrio. Estas cosas se aprendían, por lo general, en la casa, no en las municipalidades; no eran necesarios cursos.

Los municipios deberían llevar un registro con todos los datos de los propietarios, lo cual permitiría además establecer la cantidad de rodados en circulación, cifra que podría tenerse en cuenta a la hora de efectuar estudios sobre el tránsito. Más que pensar en medidas circunstanciales y aisladas, se debería abordar el problema en toda su magnitud, apostando siempre a la educación.

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