En el departamento de Juan Bautista Alberdi, según el informe de la Nación, los hechos delictivos acusaron en 2018 un aumento del 180%. Es el porcentaje más elevado en comparación con otros distritos de la provincia, después de Burruyacu (165%) y Tafí del Valle (103%). La intendenta, Sandra Figueroa, dijo estar en desacuerdo con el informe federal, debido a que -aseveró- reunió datos que no son reales, aunque reconoció que la inseguridad en la zona “preocupa y lleva a instrumentar acciones conjuntas entre la intendencia y la Policía”.
“Aquí hay una sola comisaría y eso facilita la inmigración de delincuentes de otras comunidades, donde la presencia de uniformados es más amplia y constante” observó. “Aquí, estamos más vulnerables” aseguró.
Por esta razón, según argumentó, la intendencia asumió el compromiso de trabajar a la par de la fuerza de seguridad para contrarrestar el repunte delictivo. Así se refirió a la reciente puesta en marcha de la Guardia Urbana Municipal, con 60 personas dedicadas a realizar tareas de vigilancia. “Esta gente colabora con la policía –precisó- alertando o previniendo hechos delictivos”. A fin de reforzar esa tarea, el municipio instalará en estos días unas 40 cámaras de seguridad controladas desde un centro de monitoreo. El moto-arrebato, el hurto y los robos de elementos domésticos y otros bienes en domicilios particulares, son los hechos más comunes en Alberdi. Los casos sangrientos son muy aislados.
Los atrapan, los liberan
Para la funcionaria, el rol de la Justicia es importante para la seguridad de los vecinos. “Los jueces y fiscales deben acompañar el accionar de la policía que, a veces, concreta medidas que no siempre tienen una respuesta efectiva en tribunales”, observó.
Los pobladores coincidieron con Figueroa en el sentido de que en Alberdi, los que delinquen son siempre atrapados por los uniformados, pero no tardan en recobrar su libertad. “Aquí se despliegan delincuentes que llegan de Aguilares, Concepción o Santa Ana. Son personajes conocidos, que entran y salen de tribunales. Por eso, hay gente que fue víctima de robo que prefiere no denunciar el hecho por temor a las represalias de los ladrones”, comentó el comerciante Pedro Villafañez.
“Desconocidos entraron ayer a mi casa, aprovechando que yo no estaba, y se llevaron un televisor y una bolsa con ropas. La saqué barata porque no dieron con otros bienes de mucho más valor. Es lo que andaban buscando. Tuve suerte que no los encontraron. Avisé a la policía, pero no quiero hacer mucho ruido por temor a que regresen”, confesó un hombre que es verdulero y que sólo se identificó como Ramón. Ese mismo día, desconocidos también desvalijaron un local comercial llamado “Poco Loco”.
“Con el crecimiento poblacional que tuvo esta ciudad, una sola comisaría con pocos policías es insuficiente para controlar la inseguridad. Y más teniendo en cuenta el repunte que tuvo el consumo de alcohol y estupefacientes. La falta de trabajo es otro factor que contribuye a alentar el delito”, opinó Juan Décima.
Desde la Regional Sur de la Policía se insistió en que los operativos denominados “Ciudad Segura”, que se instrumentan en distintas comunidades, ha permitido la aprehensión de delincuentes, personas dedicadas a la venta de drogas e, incluso, prófugos de la Justicia. “Se trabaja en controles de rutas, accesos a ciudades y en el interior de estas con resultados casi siempre satisfactorios. La decisión es continuar con esta tarea a la par de la Justicia”, dijo Pedro Gómez, segundo jefe de la URS.