25 Agosto 2019
PURA FELICIDAD. Los hinchas volvieron a La Ciudadela, tras cuatro meses sin fútbol, y se fueron felices. LA GACETA / ANTONIO FERRONI
Si dos cabezazos en el área suelen convertirse en gol, un buen centro a la olla y un posterior cabezazo perfecto, también. Eso es lo que produjeron esta tarde en La Ciudadela Emiliano Purita y Luciano Pons, los santos que fueron más santos que nunca para los hinchas a partir de su aporte como relevos en el banco de San Martín
Valga la ironía, el ingreso de Purita se dio a partir de un susto importante: la salida de Abel Luciatti, el central que chocó con Rodrigo Moreira y que pasará la noche internado en un sanatorio céntrico por precaución. Se golpeó feo la cabeza y quedó grogy, pero ya está bien, y estable.
Pons, finalmente el gran héroe, entró a los 80 minutos de partido (por Matías Fissore) para aportar pimienta en la ofensiva y no falló. “Estoy muy contento por entrar y también por convertir. Con Ramiro (Costa) nos sentimos cómodos cuando jugamos juntos”, dijo en conferencia de prensa el héroe de la jornada en la Ciudadela. Peinó con clase el centro de Purita y a cobrar.
“Este grupo está muy fuerte y muy unido. Hoy dejamos los tres puntos en casa”, agregó luego el punta en una frase que abre varios caminos: el más importante, el de la unión; y el que le sigue, que no importa desde dónde aporte cada futbolista, lo que vale es San Martín.
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