Una adolescente muerta, un joven prófugo y un arma homicida. Así podría resumirse el caso que tiene como víctima a Dana Agostina Alascio (16 años), quien convivía con su novio de 17 años en la casa de los padres de este, ubicada en el barrio ATE, donde falleció el viernes a la noche.
El sonido de un tiro sobresaltó a los familiares del adolescente alrededor de las 21. Segundos después, salió nervioso de la habitación y aseguró que se le había “escapado” un disparo. Sus parientes corrieron hacia la pieza y encontraron a Dana con una herida de bala en el rostro. La llevaron a un CAPS de la zona, pero fue imposible salvarle la vida.
Nada se sabía del muchacho hasta ayer. El cuerpo de la víctima fue trasladado a la morgue para que le practicaran una autopsia y los forenses no encontraron signos de violencia, así como los policías tampoco pudieron hallar el arma homicida ni el celular de la joven. Solo los testimonios de los allegados a ambos sirvieron para avanzar con la investigación que tiene como principal hipótesis un femicidio.
Los marcó una pérdida. Dana y su novio llevaban un año y medio de relación, aproximadamente. Tanto ella como él compartieron varias publicaciones en Facebook relacionadas con un bebé que estaba en camino y no llegó a nacer. En el muro de él puede verse una ecografía sobre la que escribió: “te amo”. Pero ese embarazo se perdió en diciembre del año pasado y a partir de entonces intercambiaron mensajes donde se transmitían fuerzas para superarlo.
“Para qué seguir sufriendo si después de lo malo siempre hay algo bueno”, escribió él varias veces. Ella, por su parte, pasaba mucho tiempo en esa red social y se hacía eco de cada post relacionado con la pérdida de un bebé. La última vez que redactó algo sobre el tema fue la semana pasada: “fue ahí cuando conocí el verdadero dolor, el que te hace querer morir, el que no acaba y no cede. Fue en ese momento cuando entendí que respirar duele, que el pecho se inunda y que las lágrimas suelen ser interminables”, expresó.
Ambos insistían en la búsqueda de ser padres. Algunos allegados contaron a los investigadores en sus declaraciones testimoniales que la pareja se encontraba bajo un tratamiento médico para que Dana volviera a embarazarse.
En el muro del adolescente, una foto en particular desentona con tantas imágenes de la pareja y sus mensajes de amor: él posa con un arma en la mano y un pañuelo a cuadros esconde la mitad de su rostro. Fuentes de la investigación dijeron que la noche del crimen, la madre del sospechoso recibió en su celular una captura de pantalla donde Dana ofrecía un arma para la venta y pedía $ 15.000. Además, contaron que la víctima habría recibido el proyectil de una pistola 9 milímetros.
El arma
De todas maneras, la Policía secuestró ayer una pistola tumbera y vainas servidas en la casa donde vivía la joven junto con su novio. “Tenemos una línea de investigación definida, a partir de testimonios, y muy pronto se solicitarán medidas para avanzar en la causa”, informó Christian Peralta, jefe de la División Homicidios.
Las mismas fuentes oficiales señalaron que una prima de él describió que, tras escuchar el disparo, había visto a Agustina y al novio de 17 años en la habitación. De acuerdo al relato de la joven, mientras la chica se tapaba la cara con una campera, el pariente le pegaba cabezazos a la pared y gritaba.