El caprichoso destino quiso que San Martín inicie el complicado camino de regreso a la Superliga ante un rival que en el último tiempo siempre le hizo la vida difícil.
La postergación del juego contra Almagro debido al problema de los vuelos de cabotaje, el pasado fin de semana, permitió que el estreno “santo” no sea de visitante; sino en La Ciudadela, con su gente como aliada y contra un Villa Dálmine que en su debut en el torneo venció con autoridad 2 a 0 a Instituto de Córdoba.
Es imposible hablar del “Viola” y que en el imaginario popular de Bolívar y Pellegrini no aparezca la imagen de Juan Galeano la lluviosa noche del domingo 6 de mayo de 2018. Esa, justamente, fue una de las últimas alegrías supremas que se recuerdan en La Ciudadela.
Aquella jornada, el “Santo” necesitaba empatar para asegurarse un lugar en las semifinales del Reducido de la B Nacional. Pero enfrente estaba ese equipo de Campana, una de las grandes piedras en el zapato que tuvo San Martín desde su regreso a la B, allá por 2016.
Ese día Dálmine se había puesto arriba 2-0 antes de la media hora de juego y los fanáticos “santos” no podían creerlo. En el complemento, y gracias a una remontada heroica, Franco Costa y Claudio Bieler habían logrado nivelar el juego. Pero había más. Dálmine tenía una bala más y quería herirlo de muerte al “Santo”. Ramiro López aprovechó una salida en falso de Ignacio Arce y marcó el 3-2 cuando al juego le quedaban poco menos de 10 minutos.
El nerviosismo fue en aumento pero, en tiempo adicionado, Galeano apareció para meter una bola que parecía no querer entrar, para asegurar la clasificación y para desatar un festejo que duró horas, semanas y que se coronó al poco tiempo con la obtención del boleto para jugar en la Superliga.
Esa fue la única alegría que tuvo San Martín con Dálmine visitándolo en su reducto en el último tiempo. Eso sí, no lo venció, pero ese empate le sobró para ser feliz en aquella ocasión.
Antes, en la temporada 2016/17 el “Santo” tampoco pudo quebrar al “Viola” de Campana. El 8 de octubre de 2016, la visita daba el golpe al retirarse victorioso de La Ciudadela, también en una jornada lluviosa, 2-1 gracias a los gritos de Pablo Burzio y Pablo Ruiz; Diego Bucci había igualado transitoriamente para los dirigidos por Diego Cagna.
En tanto, en la temporada del ascenso, San Martín tampoco pudo quebrar a este rival en la fase regular del torneo de la B Nacional. El 3 de diciembre de 2017, los de Campana ganaban gracias a Burzio. Bieler marcó el empate, pero el “Santo” se quedó, una vez más, con la sangre en el ojo.
Justamente este rival, el que le dio múltiples dolores de cabeza a San Martín, será el primer escollo que deberán sortear los dirigidos por Favio Orsi y Sergio Gómez en el inicio de su recorrido por la Primera Nacional.
“Es un equipo complicado. Viene en alza, luego de haber ganado bien en la primera fecha. Contará con la motivación que tienen todos los equipos que juegan contra San Martín; el incentivo extra de jugar ante un grande”, avisó Orsi sobre el juego en cuestión.
En los dos últimos juegos, el “Viola” complicó con una receta clásica y efectiva: se cerró atrás y fue certero en el contragolpe; algo que intentará repetir esta tarde. “A diferencia de lo que hizo Argentinos, Dálmine no nos atacará tanto. Nosotros deberemos ser capaces de generar juego, no desesperarnos y tratar de estar bien finos en el ataque. Hay que comenzar sumando de a tres”, completó la idea Gómez.
Dálmine, un equipo al que San Martín aún no le pudo ganar como local desde su regreso a la B en 2016, y que trae un recuerdo fresco y divino; que abrió las puertas del paraíso es el primer paso. En La Ciudadela esperan que se corte la racha y que sea el puntapié para volver a creer.