Bruno Bianchi tiene una relación muy distinta a la que puede tener cualquier otro jugador con el gol. Por la naturaleza de su puesto, su función es evitar que la pelota entre en su propio arco. Esto no significa que la relación sea mucho menos pasional; para los hinchas “decanos”, Bianchi es una garantía, sus robos, bloqueos y salidas luego de frustrar el ataque rival generan sensaciones que van desde el alivio hasta la motivación para salir a atacar.
En un partido desprolijo, con pocas ideas claras de Atlético y sin mucho entusiasmo ofensivo del lado mendocino, la apertura del marcador sólo podía llegar con una totalmente opuesta a lo que se veía en la cancha; y fue lo que sucedió.
Gonzalo Castellani bajó una pelota cerca del área y se la pasó a Bianchi. El defensor, en menos de un segundo y con la misma sagacidad con la que defiende los intereses de Atlético, vio el ángulo del segundo palo libre y de manera simultánea ejecutó un disparo elegante, con la potencia justa que acarició la red de Roberto Ramírez, para darle el triunfo a su equipo a tres minutos del final del partido.
“¿Quiso pegarle ahí?”, “Se equivocó y le salió al ángulo”; las opiniones al respecto inundaron la zona mixta del Monumental. Pero Bianchi fue contundente: “No me equivoqué, vi el hueco y la tiré ahí”. Sin dejar ningún detalle librado al azar en la vista panorámica que hizo previo al disparo, el bonaerense ya sabía que Javier Toledo había picado hacia ese palo, lo que garantizaba que si la pelota no entraba directamente, su compañero estaría ahí para concretar el gol.
Con más de un centenar de partidos, Bianchi, defendiendo cinco camisetas, sólo se encontró con el grito sagrado en cuatro oportunidades. Por su posición, para medir la calidad y rendimiento de Bianchi sería necesario apuntar a las vallas invictas o goles detenidos, si es que existiera una estadística así.
Técnicamente fue un gol vistoso, para la Superliga sólo significan tres puntos. Pero para él y sus compañeros significa mucho más: “Necesitábamos este triunfo, veníamos entrenando bien y esto sirve para que los chicos nuevos puedan trabajar más tranquilos”. Desde la defensa Bianchi notó que las decisiones en los últimos metros no eran las mejores pero destacó el trabajo defensivo: “Nosotros tenemos que mantener el cero, si lo hacemos bien, los demás tendrán alguna chance para ganar el partido”, destacó el central.
Hasta ayer el palmarés de Bianchi contaba únicamente con tres goles y una asistencia, los necesarios para completar un podio. La llegada del cuarto, por su calidad ya tiene un lugar para el defensor: “Es un gol muy lindo, lo pongo detrás del que le hice a Boca en 2013”. Ese gol con la camiseta de Unión, además de ser en La Bombonera, y por la jerarquía del rival, fue el primer tanto de su carrera.
El gol no fue de casualidad. Bianchi, en los trabajos reducidos, realiza tareas de definición. Este gol histórico para el central representa una brisa de alivio para Atlético y las garantías de una defensa segura, los cimientos del triunfo.