Las pasiones se dirimen con la danza y la música de Prokofiev

Las pasiones se dirimen con la danza y la música de Prokofiev

El Ballet Estable regresa con ”Romeo y Julieta”, el clásico de William Shakespeare, en una propuesta escénica contemporánea.

EN ENSAYO. Los bailarines se reparten entre los Montesco y los Capuleto, enfrentados con un odio ciego.
10 Agosto 2019

ESTRENO

• A las 21, en el Teatro San Martín, en avenida Sarmiento 601.

“Como creadora, me gusta muchísimo expresar en danza las pasiones humanas y, en este caso, unir a William Shakespeare con Sergei Prokofiev fue irresistible”, cuenta Norma Quintana, respecto de “Romeo y Julieta”.

La directora y coreógrafa tucumana se formó en la provincia, se perfeccionó en el país, en Brasil, Perú, Costa Rica, Venezuela, Italia y Austria, y está radicada desde hace décadas en Bolivia, donde ya puso esta obra en 2005. Ahora fue invitada especialmente para el montaje de este estreno local, al frente del Ballet Estable.

“Hacer este clásico fue un desafío y, de verdad, un atrevimiento, habiendo tantas coreografías magníficas en estilo clásico como contemporáneo”, le dice a LA GACETA.

La trágica historia de amor y odio se desenvuelve en el contexto de la lucha entre los Montesco y los Capuleto, en la ciudad de Verona. La pieza de Shakespeare, escrita entre 1593 y 1594, ha traspasado las generaciones y tuvo numerosas versiones en distintos soportes artísticos, desde el teatro para la cual fue escrita hasta el cine, pasando por el ballet.

“No sé si hay algo nuevo que contar; lo que sí hay es una manera personal de expresar esta historia tan contada. Mi mirada enfoca ese trasfondo de odio que provoca la tragedia y que se repite en cualquier época, basta con que haya dos bandos enfrentados”, responde Quintana.

La directora presentó dos propuestas al Ente Cultural de la Provincia, que finalmente se eligió la tragedia para montarla en escena.

Elenco

Con la dirección artística de Mercedes de Chazal, el vestuario de Ejti Stih y el diseño de escenografía y utilería de Julio Menéndez, los personajes centrales del Ballet Estable que intervendrá en esta obra estarán a cargo de Belén Serrano (interpretará a Julieta Capuleto) y Oscar Medina (personificará a Romeo Montesco).

En el escenario también estarán Ricardo Contreras, Valeria Hurtado, Gastón Gutiérrez, Franco Ríos, Paula González Castro, Daniel Castro, Emiliano Nuñez Campero, Sofía Cardone, Agostina Chain, Agostina Díaz Lazarte, Andrea Dilascio, María José Frigeri, Romina Lazarte, Victoria Maisano, Julia de la Silva, Sabrina Fresco, Constanza Iturre, Flavia Marcantonio, Daniela Reyes, María Inés Yufra, Ángel Buy, Eduardo Jiménez, Martín Juárez Figueroa, Gastón Gutiérrez y Rodrigo Reinoso.

Lenguaje clásico

“El mejor lenguaje danzario para preparar un cuerpo de bailarín es el ballet clásico. No es que no haya otras opciones, pero es la más rápida y concreta de tener resultados. Ahora, como tiende a ser muy rígido, después hay que romperlo”, asegura la directora, quien admite que le interesa emocionarse con la danza y que ese sentimiento llegue a los espectadores.

- ¿En tu coreografía te interesa más lo que emociona, la pasión, que la técnica y las figuras que pueden construir los bailarines en la escena?

- Absolutamente sí, porque el odio sólo trae destrucción y, en la realidad, no hay un Shakespeare que lo transforme en belleza: sólo queda el horror. Me interesa más la emoción y lograr la emoción en el público, aunque sea una parte. Eso no significa que la técnica no sea importante; es el lenguaje del bailarín y cuanto más maestría tenga podrá expresarse con más potencia. Mi lenguaje de la danza es el ballet clásico, pero mi propuesta escénica es contemporánea. La imagen principal está en las peleas entre Teobaldo y cada uno de los Montesco y para ellas trabajamos desde la práctica de kung-fu.

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