La Justicia condenó a cinco años de prisión a Raúl Enrique Álvarez, el conductor que atropelló y provocó la muerte de Joaquín Mariano Toledo en noviembre de 2015. Del jucio no surgieron pedidos de privación de libertad, por lo que el condenado no irá a la cárcel.
El hecho sucedió el 1 de noviembre de 2015 en la esquina de las avenidas Alem y Mate de Luna. Aquella mañana Toledo, quien acababa de recibirse de abogado y tenía una hija de un año, regresaba de una reunión junto a su amigo Marcos Tuzza.
Ambos cruzaron a pie la avenida Mate de Luna desde la ochava de avenida Mitre y se detuvieron en la platabanda. Según determinó el fiscal Diego López Ávila, a cargo de la instrucción de la causa, estaba habilitada la luz de cruce peatonal cuando Toledo avanzó y fue embestido por Álvarez, que manejaba un Volkswagen Bora por Mate de Luna.
En el requerimiento de elevación a juicio, que se leyó a fines del mes pasado en la Sala II de la Cámara Penal, el fiscal remarcó que el imputado "circulaba a excesiva velocidad, nunca inferior a los 90 km/h, superando el límite legal establecido, en estado de ebriedad y bajo lluvia pesada. Al llegar a la intersección de Mate de Luna con Alem, cruzó con la luz roja que le imponía el deber de detener la marcha; pese a advertir la presencia de ambos peatones, no redujo la velocidad, representándose la posibilidad de que con su conducción lesione o provoque la muerte de los peatones, siendo totalmente indiferente, colisionando con el lado izquierdo de su automóvil a Joaquín Mariano Toledo, quien falleció como consecuencia del traumatismo encéfalo craneano sufrido".
Chofer profesional
Álvarez, que en aquel entonces era chofer profesional y trabajaba para la empresa Flecha Bus, está acusado del delito de homicidio con dolo eventual.
"Pido perdón", dijo al iniciar su declaración. Y luego aportó su versión del hecho: "recuerdo bien todo porque estaba bien, no iba a alta velocidad. Yo pasé el semáforo en verde, de eso estoy muy seguro, e inesperadamente vi cuando se cruzaron estos dos chicos".
"Jamás me imaginé que me pase una situación como esta, fui chofer de Flecha Bus 11 años. Para mí ha sido un accidente y les pido disculpas a todos", finalizó.
El último en declarar en el jucio fue Tuzza, el amigo de la víctima que presenció todo. Cuando le preguntaron por qué iban a pie, respondió que esa noche habían decidido no salir en auto porque sabían que iban a consumir bebidas alcohólicas.
La familia acepta las disculpas
Jorge Toledo, hermano de Joaquín en sus primeras declaraciones a la prensa desde que empezó el juicio comentó que desde la primera vez que el acusado pidió disculpas fueron aceptadas por la familia. “Lo que buscábamos es que este tipo de situaciones se empiecen a tratar de un modo diferente”, dijo
“Dejo un mensaje, no hay que conducir en estado de ebriedad, hay que manejarse en taxi. Es muy grande el daño que se causa, creo con la sentencia, al otorgarse el máximo de la pena, se ha comenzado a tratar distinto este tipo de situaciones.”, concluyó.