En la vereda del CAPS Las Talitas, en El Colmenar, el rey y señor era el silencio. Los familiares, vecinos y amigos de la familia de Benjamín Amaya, el nene de cuatro años que fue hallado muerto colgado de un puente peatonal, no tenían aliento ni siquiera para expresar su dolor ni su bronca. No había explicación, no había nadie en su sano juicio que pudiera encontrar razones para una muerte que dejó a todos desconcertados.
Del otro de la autopista de circunvalación, hacia el este, el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) trabajaba en la zona donde fue encontrado el menor, alrededor de las 17 de ayer. El panorama era aterrador: una noche cerrada, alumbrada solo por las luces azules de las sirenas de la Policía, matorrales, escombros, basura, y la pasarela que conecta dos barrios precarios. El elemento de mayor contundencia, y que esperaban arrojara algunos datos del cruento asesinato, era el cable que ahorcó a Benjamín.
A cargo de las primeras pesquisas estaba Alejandro López Isla, prosecretario de la Fiscalía II de Homicidios, a cargo de Adriana Giannoni. "Descartamos que el menor se haya colgado por sí solo, entendemos que participó una persona mayor que él. Es muy poco probable que lo haya hecho por sí mismo. La licenciada Silvia Morales (psicóloga que participó de la investigación) sostiene a esa edad un niño ni siquiera concibe la muerte, así que entendemos que hubo un homicidio", fue la primera definición del investigador, dejando bajo tierra las suposiciones de un suicidio.
A las 17.25 entró el cuerpo sin vida del menor al CAPS de la zona, detalló López Isla. Lo había llevado el abuelo, Francisco Adán Peñalva, quien lo había trasladado en un auto particular. "Yo iba tratando de reanimarlo, tenía los labios morados pero estaba caliente su cuerpito", había descrito el hombre, de 39 años. Pero el parte que llegó a la Fiscalía sostenía que el nene había entrado sin vida al centro asistencial.
En el lugar del asesinato encontraron el cable con el que estaba colgado Benjamín, que iba a ser también objetos de pericias para intentar dar con el agresor. "Hay varias líneas de hipótesis y estamos abiertos a todas, por el momento no se puede descartar nada", dijo López Isla. Luego de analizar el lugar del hecho interrogarían a las tres personas que encontraron el cuerpo, entre ellos Amaya; y también a familiares y vecinos. Sin embargo, y al menos por lo que se comentaba afuera del CAPS, nadie había visto nada.
Los trabajos en la zona continuarían hoy, por lo que se dispuso ayer una consigna policial para que no se alterara la escena del crimen. La Fiscalía también había dado órdenes precisas a los médicos forenses para que realizaran la autopsia. La causa de la muerte fue por estrangulamiento, pero quieren saber si Benjamín sufrió además otro tipo de agresiones.
La familia del nene está compuesta por su mamá (soltera, 20 años), los abuelos y ocho tíos, la mayor de ellos de 12 años, según confió María Baigorria, una familiar. "Nuestra familia no tenía problemas con nadie, no hay razones para que hayan hecho semejante cosa", decía una y otra vez la mujer.