05 Agosto 2019
FESTEJO. “Marian”, su esposa, Melina, y su hija Mía; en la foto no sale Felipe (hijo).
Por personalidad y carácter, Mariano Campodónico siempre se ganó el respeto de todos. En San Martín, aunque sólo jugó una temporada (2007/8), se ganó además un lugar preferencial en el corazón de los hinchas “cirujas”.
Está radicado en Glew -localidad bonaerense del partido de Almirante Brown, donde nació el 4 de mayo de 1974- y dirige a Sacachispas, club que juega la Primera B Metropolitana. LG Deportiva lo contactó para conocer las impresiones que le habían quedado grabadas, de su paso por el “Santo”.
- ¿Cómo llegás a San Martín?
- Luego de haber terminado mi vínculo con Nueva Chicago, Carlos Roldán me habló para que vaya allá. Era tan cautivante ir a jugar a una entidad de los prestigios del “Santo” que no lo dudé, y armé las valijas. Y por los resultados que conseguimos, no me equivoqué.
- En tu carrera lograste cuatro ascensos...
- Dios estuvo de mi parte, y me posibilitó concretar objetivos relevantes. Con Belgrano ascendí en 2005/06 y en 2010/11; con All Boys, en 2009/10, y con San Martín, en 2007/08. Todo en un lapso de seis años.
- ¿Qué significó el ascenso con San Martín?
- Figura entre las cosas más relevantes que viví en el fútbol. Ganarme el respeto de una hinchada como la de San Martín, terminar como goleador del equipo y haber hecho los dos goles en el partido ante Chacarita (26 de mayo de 2008), que nos dio el pasaje a Primera, me marcó para toda la vida. Los festejos fueron interminables.
- ¿Qué te produce saber que en Tucumán se te recuerde con mucho cariño?
- El hincha de San Martín sabe que siempre me brindé por esa camiseta. En 2015, la última vez que fui a Tucumán, comprobé que ellos sienten por mí el mismo respeto que yo siento por ellos. En ese club dejé muchos amigos, como Gustavo Ibáñez, Mario Vera y Dante Bautista, con quien aún mantengo contacto. Espero que muy pronto pueda regresar a Primera. Se lo merece.
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