El pago del adelanto de $ 4.000 a cuenta de los sueldos de junio no disipó ayer el malestar de los empleados de la cadena de supermercados de Emilio Luque, que mantienen el paro de actividades y continúan con los bloqueos en los ingresos de las sucursales en Tucumán y del complejo industrial que fabrica harinas y fideos, en Colombres.
En esta manufacturera se produjo en las primeras horas de ayer un incidente entre los empleados que ingresaban a la fábrica y los del súper que están acampando en las afueras y no dejaban entrar y salir los camiones. Según empleados del Complejo Agroindustrial, “no se dejaron llevar” por algunas provocaciones reclamando solidaridad, a lo que respondieron que tenía que ser recíproca, porque también peligraba la fuente de trabajo de ellos.
Al respecto, el delegado del súper de avenida Juan B Justo, Miguel Zelaya, confirmó ese incidente y que “prevaleció la cordura” antes que la violencia, y que a pesar del cobro del adelanto los trabajadores decidieron mantener la medida de fuerza.
Sin embargo, aclaró que están abiertos al diálogo y dispuestos a revertir la situación si hay propuestas concretas en lo inmediato como avanzar más rápido en la cancelación del sueldo de junio, ya que el martes vence el plazo para cancelar las remuneraciones de julio.
Cabe recordar que los trabajadores recibieron el jueves (en la Secretaría de Trabajo de la provincia) la promesa de Luque de abonar otros $ 4.000 el martes 6. Según el empresario, hasta el viernes próximo cancelaría el 100% del sueldo de junio.
Unos pocos
Después de las 16 de ayer, los empleados del súper comenzaron a cobrar el adelanto, en cada una de las sucursales donde trabajan. Esta situación “aflojó” los ánimos, y media hora más tarde los manifestantes de la empresa Luque y representantes del Sindicato de Empleados y Obreros del Comercio (Seoc), permitieron la salida del complejo industrial a algunos camiones vacíos. Es que los choferes, provenientes de distintas provincias, habían reclamado a los dirigentes “no tener nada que ver” en el conflicto y que tenían que seguir con sus tareas diarias y con la atención de sus familias.
Al respecto, Zelaya justificó el comportamiento de sus compañeros porque “están cansados de tantas promesas”. “Queremos que nos asegure Luque si seguirá con el negocio o lo terminará vendiendo. Necesitamos que regularice también los pagos de la obra social. Hay un compañero que hace meses no lo pueden operar por una quebradura y hay cinco compañeras embarazadas que, por falta de cobertura médica, tienen que recurrir a la Maternidad para tener sus hijos”, resaltó.
Con la carga
Mientras, a última hora de ayer, las dársenas interiores del complejo seguían abarrotadas de camiones llenos de trigo, y más de 30 aguardaban a la vera de la ruta 302 por su turno.
“Yo llegué el miércoles a última hora, y no pude ingresar”, se lamentó Salvador Aguilera, quien cargó el martes, en Chaco. “Yo llegué hace dos horas, y no me avisaron sobre este problema cuando cargaba”, precisó Alejandro Schibert, chofer de Transporte Lenaduzzi. También tuvieron que pasar la noche en el camión Horacio Mónico y José Córdoba, que explicaron la situación: “esta carga es de la fábrica, ellos la compraron; si se pierde un kilo o todas las toneladas, la tendremos que pagar nosotros; por eso, tenemos que ‘morir’ a la par del acoplado, hasta que nos dejen descargar”.
La novedad es que también llegaron varios camiones vacíos y se retiraron ante la situación de conflicto. Lo mismo ocurrió con una unidad que transportaba grasa, ante el inminente peligro de que la carga entre en descomposición.
Ayer también hubo reuniones entre los delegados gremiales y Luque, en el complejo mayorista de Los Vázquez. En la ocasión, intentaron encontrar una salida más rápida al conflicto, pero se diluyó la posibilidad de un acuerdo.