Una hora antes de que se conocieran los resultados de las pericias que lo complicarían procesalmente, el acusado de matar a su ex pareja de un disparo en el ojo izquierdo, intentó quitarse la vida en el calabozo que ocupaba en Tribunales. Fue internado en el hospital Padilla, el mismo centro asistencial donde la joven había fallecido cuatro horas antes, después de haber agonizado varias horas. Cuando se recupere, será llevado a Tribunales donde será acusado de homicidio.
Mario Rodolfo Rodríguez (26) se presentó cerca de las 20 del lunes en la guardia del hospital pidiendo a los gritos que atendieran a su novia, Gabriela Tamara Salas (23). Contó que ambos circulaban en su motocicleta y, cuando transitaban por avenida Jujuy al 5.000, desconocidos intentaron robarle el rodado. Añadió que, como se resistieron, uno de los asaltantes realizó un disparo cuyo proyectil impactó en el ojo izquierdo de su novia. Dijo que como pudo la sujetó y, en la misma moto, la trasladó hasta el Padilla.
Mientras los médicos atendían a la joven, en la comisaría de Los Aguirre se presentaba el dueño del hotel alojamiento Eros. El empresario denunció que un cliente había abandonado el lugar a toda velocidad en su moto llevando a su compañera desvanecida. Aseguró que no sabía qué había sucedido con ella.
“Sentimos el disparo de un arma de fuego y los gritos desgarradores de un hombre. Mientras llamábamos al dueño para que actuara porque presentíamos que algo malo había sucedido, él salió como loco en su moto. No sé cómo hacía para sujetar a la chica”, explicó una empleada del hotel alojamiento, que prefirió no identificarse.
Los investigadores, al enterarse de esa situación, hablaron con Rodríguez. Este, totalmente nervioso, cambió su versión sobre cómo había resultado herida Salas. Señaló que en realidad la había ido a buscar a su casa y que decidieron ir hasta un hotel alojamiento para jugar a la ruleta rusa. La nueva historia tampoco convenció a los pesquisas, quienes, al analizar la escena, decidieron aprehenderlo. Mientras se definía la situación procesal del sospechoso, la joven, madre de una pequeña de tres años, falleció. Rodríguez fue trasladado a Tribunales para declarar, pero la fiscala Adriana Giannoni decidió postergar el interrogatorio hasta tanto tuviera los resultados de la autopsia. Mientras aguardaba para cumplir con este paso procesal, Rodríguez intentó ahorcarse en el calabozo. Según los guardias, sacó el cordón de la capucha de su campera y se colgó. El guardia que custodiaba las celdas le salvó la vida. Luego, por recomendación de los médicos, fue internado en el Padilla con custodia.
“Se vivieron momentos de tensión. Los policías iban y venían de un lado a otro. Los familiares, que estaban en la galería, también se pusieron muy nerviosos. Afortunadamente lograron descolgarlo rápido”, dijo Lucrecia Falivene, testigo del revuelo que se vivió en Tribunales.
Por su internación, el procesamiento del acusado quedó en suspenso. Pero Giannoni, cuenta con indicios suficientes para sospechar que está ante un femicidio. El informe de la autopsia reveló que la joven habría sufrido golpes antes de su muerte. Los peritos también habrían determinado que, por la trayectoria de la bala, es improbable que la víctima se haya disparado. Aún se aguardan los informes de la Policía para determinar si Salas lo denunció en algún momento por violencia de género.
Profundo dolor
“No la dejaba en paz. Desde hace rato que ella había cortado la relación y no quería saber más con él. Él la molestaba mucho. No entendemos cómo se pudo haber ido a hacer nada con ese delincuente. Estamos convencidos de que la llevó engañada y que luego la amenazó”, explicó Lourdes, amiga de Gabriela. “Es un desgraciado. Cómo puede haber dejado a su hija sin su madre. ¿Cómo crecerá esa criatura?”, agregó.
Con la muerte de Gabriela, ya son siete los femicidios registrados en lo que va del año, y el primero que se registra en la capital de la provincia, según los casos publicados por LA GACETA. “Este tipo de crímenes se deben acabar de una vez por todas. No entiendo qué pasa por la cabeza de un hombre que es capaz de hacer esto. Destruye su vida y la del entorno de la víctima. En este caso le arruinó el futuro a una pequeña de tres años”, dijo Marina Jiménez, otra amiga.