La cocaína que se trafica desde Orán se encarece casi $150 por kilómetro
Periódicamente, los referentes de las diferentes fuerzas federales que se encargan de luchar contra el narcotráfico se reúnen y analizan algunas cuestiones vinculadas al narcotráfico a nivel regional. Y algunos de los temas que se tratan son los lugares a través de los cuales ingresan la cocaína y la marihuana; de dónde provienen esos cargamentos y adónde se dirigen; los mecanismos de traslados; y los valores en el mercado ilegal.
En el informe de junio se confirmó que el precio de estas drogas está dolarizado (los narcos también apelan a la moneda de EEUU para “protegerse” de la inflación); y que el costo se va encareciendo por kilómetro de traslado. A la vez, se consigna la disminución del tráfico de algunas drogas; y cómo está constituido el circuito internacional de tráfico.
Los datos fueron elaborados con información obtenida de las causas que se encuentran en etapa de investigación y de las que ya culminaron.
1. La calidad, clave para variar los costos
En el informe oficial se puede leer que hay diferentes factores que condicionan el valor de las sustancias que trafican. “La calidad del producto comercializado es clave. En el caso especial de la cocaína se vincula con el grado de pureza e inclusive el lugar de origen de la sustancia”, se publicó en el documento. Por ejemplo, el kilo de cocaína boliviana, en la zona de la frontera, tiene un costo de U$S 3.300 ($ 143.220, con la cotización U$S 1 = $ 43,4, vigente al momento de la realización del informe). La peruana, de mejor calidad, cuesta U$S 2.700 ($ 117.180).
2. Diferencias de peso
El kilo de cocaína se encarece según la localidad fronteriza donde el narco la termina adquiriendo. El valor más alto es ciudad jujeña de La Quiaca, donde llega a los U$S 3.500 ($ 151.900). En las localidades salteñas de Orán, el costo es de U$S 3.300 ($ 143.220) y en Tartagal asciende a U$S 2.600 ($ 108.500). La diferencia promedio de U$S 850 ($ 36.850) se debe, esencialmente, al rigor de los controles de las autoridades. La Nación, por ejemplo, instaló en La Quiaca un gran centro de observación para impedir el ingreso de drogas desde Bolivia.
3. Distancias y controles
“También intervienen en la conformación del precio los obstáculos que las personas que trafican encuentran en el transcurso de la ruta desde su lugar de producción o fabricación hasta el destino en el cual se comercializa”, analizaron los especialistas.
“Eso implica desde dificultades vinculadas con la geografía o el clima hasta los controles implementados por las distintas fuerzas de seguridad”, agregaron.
El kilo de droga, en definitiva, se encarece por kilómetro de traslado. Pero no hay un valor uniforme.
• En Orán (principal punto de origen de las últimas investigaciones) el valor de la cocaína es de U$S 3.300.
• En San Pedro de Jujuy es de U$S 4.000 ($ 173.600), con un encarecimiento de U$S 4,2 ($ 182) por kilómetro.
• En Salta capital es de U$S 4.600 ($ 199.640); es decir, U$S 4,7 por kilómetros ($ 204).
• En San Miguel de Tucumán el precio es U$S 5.000 ($ 217.009): U$S 3,4 por kilómetro.
• En San Fernando del Valle de Catamarca el valor es de U$S 6.500 ($282.100); o sea, U$S 4,3 por kilómetro ($147).
• Y en Santiago del Estero es de U$S 7.000 ($303.800); léase, U$S 5,9 por kilómetro ($256).
De esto surge que la tarifa del traslado de cocaína está directamente vinculada a los controles que deben superar para dejar la droga en su destino final.
Pese a que San Pedro y Salta están más cerca, es más cara la cocaína en esas dos ciudades que en la capital tucumana, que está más del doble de distancia. “Las políticas públicas pueden influir en la demanda a través de la puesta en práctica de programas vinculados tanto con la seguridad como con la salud y con la educación. Los resultados de estas estrategias pueden reducir la demanda y, basándose en criterios de política económica, repercuten en el valor del producto”, destaca el informe.
Tanto en Salta como en Santiago del Estero, donde los precios de la cocaína son los más elevados de la región, las provincias se hicieron cargo del combate del narcomenudeo o del narcotráfico; y las políticas de prevención de las adicciones son mucho más fuertes que en los otros estados de la región.
4. La pasta base, en decadencia
En el informe al que tuvo acceso LA GACETA se da cuenta de que la pasta base sólo tiene registros de valores en Salta y Jujuy. Los especialistas sostuvieron que esta situación podría estar motivada por cuestiones logísticas.
“Para elaborar un kilo de cocaína se necesitarían al menos dos kilos de ese producto, por lo que implica mayores complicaciones, con el riesgo de ser descubierto durante el traslado”, explica el documento.
“A ese aspecto -añade- se suman las dificultades que han tenido los narcotraficantes para establecer laboratorios estos últimos años, debido a que el conocimiento por parte de la sociedad es mayor y permite reconocer la instalación de laboratorios por los olores que generan y son denunciados al poco tiempo de empezar a operar”.
Hay otras dos cuestiones que no aparecen en el informe y que fueron destacadas por los investigadores. La primera y más importante es la dificultad que existe para adquirir los precursores químicos que se necesitan para transformar la pasta base en cocaína.
La segunda cuestión es económica. Los “transas”, con un kilo de pasta base, según los valores del mercado que manejan, pueden conseguir una ganancia de $ 150.000, mientras que un kilo de cocaína les puede redituar $ 1,5 millón.
5. La marihuana, el gran negocio
En el informe queda en claro que los narcos pueden hacer grandes negocios con la marihuana. El valor del kilo se cotiza a U$S 40 ($ 1.736) en Paraguay; y a medida que se acerca al NOA sufre incrementos astronómicos.
Santa Victoria del Este es la localidad salteña que limita con el vecino país. Por allí, de acuerdo con los datos proporcionados por las fuerzas de seguridad, ingresa esa cantidad de droga y el valor del kilo cotiza a U$S 82 ($ 3.559). En Tartagal, que también está cerca de tierras paraguayas, el valor llega a los U$S 120 ($ 5.208); y en Orán, a U$S 250 ($ 10.850).
Los costos se van multiplicando considerablemente en las capitales provinciales de la región.
• En Salta, San Salvador de Jujuy y en San Miguel de Tucumán llega a cotizarse a U$S 350 ($15.190), es decir casi nueve veces su valor original.
• En Catamarca; U$S 440 ($ 19.020), unas once veces más.
• Y en Santiago del Estero, U$S 420 ($18.228), poco más de 10 veces.
Vale la pena aclarar que este informe tiene en cuenta la ruta del NOA. Con la marihuana hay otro camino, el del NEA, pero los valores no varían mucho. En el NEA sí se trafican grandes cantidades y por ese motivo los secuestros en el camino que une el Litoral con esta parte del país siempre superan los 100 kilos.
6. Sólo en Tucumán se detectó tráfico de LSD
Tucumán aparece en el informe como la única provincia en la que se detectó la comercialización de troqueles de LSD, conocidos popularmente como “pepas”. Según el trabajo del personal de inteligencia de las fuerzas federales, el costo de un cartón que trae 10 dosis equivale a U$S 255 ($ 11.067). Esto no quiere decir que no exista comercio de esta sustancia en otras ciudades.
7. En Bolivia nace todo
El encuentro de fuerzas federales contó con representantes de unidades especiales que luchan contra el narcotráfico en otros países.
Entre todos coincidieron en señalar que Bolivia es el punto de partida de las drogas para todos los países de la región. Allí se puede conseguir el kilo de cocaína boliviana a U$S 2.500; cocaína peruana a U$S 2.700; pasta base a U$S 1.300 y marihuana colombiana a U$S 4.000.
Desde Paraguay, ingresa la mayor cantidad de marihuana y su costo por kilo es de U$S 40. En tanto que Chile, aparece como un país netamente comprador. Los valores que se manejan en esas tierras son muy elevados. Por ejemplo, el kilo de cualquier cocaína se cotiza a U$S 6.400; y el de marihuana, a U$S 1.500.