Con nuevos nombres y técnicas aggiornadas de reclutamiento, los conocidos "telares de la abundancia" volvieron a "girar".
Este método, que suele presentarme como una forma de ahorro solidario, consiste en armar círculos de inversores, divididos en niveles, que aporten un capital inicial; cuanta más gente se sume, más rápido se podrá acceder a un nivel superior y así hacerse con el dinero prometido.
La propuesta es siempre tentadora, y lo es mucho más en épocas de crisis: las "flores", "telares" o ahora "naves" de la abundancia prometen cobrar ocho veces la inversión inicial en tiempo récord. El boleto para acceder a la nave entre los $ 50 y los U$S 200.
Sin embargo, para lo que algunos es un éxito de plata fácil, para otros termina siendo una estafa, porque no llegan a cobrar el "premio" final ni a recuperar el dinero invertido.
En Tucumán las mandalas de la abundancia tuvieron su auge en 2016. En pocas semanas fueron centenares las personas que se engancharon en el sistema. Ese mismo año, la riojana Julieta Magalí Ruiz, fue la primera argentina detenida por ser la presunta cabecilla de una estafa que afectó a 1.500 personas.
Aquel 2016, y nuevamente ahora hace unos días, la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) advirtió sobre los riesgos de sumarse a este mecanismo.
La unidad especializada en delitos económicos lo deja muy claro: no hay manera de que todas las personas que ingresen salgan ganando lo que le prometen, porque ese beneficio depende exclusivamente del ingreso de nuevos participantes y a medida que se van creando subgrupos, se necesitan todavía más ingresos para que el sistema siga girando.
La Procelac advierte que el sistema depende exclusivamente del ingreso de nuevos participantes ya que no se generan utilidades dentro del círculo. Por ende, si no entran nuevos miembros, alguien terminará perdiendo lo que puso.
Con tarjeta de crédito
La versión "actualizada" de los telares de la abundancia siguen basándose en las redes sociales como la gran red de captación de inversores. La diferencia es que en 2016 la "mandala" arrancaba generalmente entre conocidos y luego iba ampliándose. Ahora comienza con grupos abiertos de Facebook y rápidamete los interesados -o futuras víctimas- reciben una invitación para sumarte a un grupo de WhatsApp.
Otra característica aggiornada es que ahora se puede entrar depositando el dinero en una cuenta de Mercado Pago, por transferencia bancaria e incluso algunos grupos reciben tarjetas de crédito. Con esas alternativas de pago, los participantes no tienen necesidad de mirarse a la cara y los grupos se arman con gente de todo el país.
Solidaridad, armonía, independencia económica, divina providencia, equilibrio universal, una alternativa al sistema crediticio de los grandes bancos... todos esos siguen siendo los tópicos de este sistema que en muchos casos, se presenta como una alternativa económica feminista y de "mujeres empoderadas". Hay grupos exclusivos para mujeres y otros mixtos.
La lavada de cara actual también ha cambiado el modo en el que se distribuye el dinero, como manera de incrementar la confianza. Antes la plata pasaba de mano en mano hasta llegar al que debía cobrar, y en el camino pasaba de todo. Ahora "el regalo" va directo al agua, al centro de la flor, que es quien debe cobrar.
El tropezón de Fabiana Cantilo
La semana pasada el tema de los telares de la abundancia volvió a tejerse en los medios y en las redes sociales cuando la cantante Fabiana Cantilo salió públicamente a defenderlos... pero rápidamente se retractó.
Queiro aclarar ... que no apoyo a los Telares de la abundancia, perdón entendà mal, a mi también me engañaron
— Fabiana Cantilo (@FabianaCantilo) 13 de julio de 2019
Entendà que se hablaba de confiar y de dar pero nunca me di cuenta que se habla de plata.
Si soy una idiota y que!?
“Decir que un circulo de abundancia solidaria, de Economía Sagrada, es un fraude y que tarde o temprano vas a perder, te van a fallar, es lo mismo que afirmar que no vale la pena casarse pues alguien, tarde o temprano de la familia va a fallar, que el futuro esposo puede perder el trabajo, que la mujer puede un día no tener lista la comida: Alerta, alerta, es un fraude, no te organices, no seas parte, no apoyes, no confíes, no te cases, pues hay casos demostrables de que ha fallado”, expresó Cantilo en sus redes sociales.
Y a los pocos días, tuvo que retractarse.
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Adentro de la nave
Sumarse a un grupo de mandalas, que los hay de a montones, no es algo complicado. De hecho, los participantes están ávidos de sumar nuevos miembros al grupo para que depositen sus "regalitos", es decir la inversión inicial, lo que permite que los que están más cerca del final cobren su dinero.
LA GACETA accedió a uno de los grupos que demandan mayor inversión inicial.
"Hola, soy Daiana. ¡Bienvenido! Este es un fractal de una sola fase donde entrás con un regalito de u$S 200 o su equivalente en pesos. Podés tejerte al 100% o a medias con alguien, y cuando te consagrás en agua, te llevás tu regalito multiplicado por ocho. Yo me consagré ya dos veces. Ahora estoy de nuevo en tierra, cuando volvamos a rolar llego de nuevo a agua, o sea que estoy próxima a consagrarme", invita "la experta", como la llaman el resto de los participantes.
Después aclara: "vamos ajustando el valor según el dólar y vamos invitando gente entre todos. Comenzás siendo fuego, luego viento, después tierra, hasta que te consagrás en agua", detalla Daiana, con número telefónico de Buenos Aires.
"Fuego" les llaman a los recién llegados, la base que sustenta el sistema. Son ocho participantes. Completan la flor o la mandala o el telar los vientos (cuatro), los tierra (dos) y el agua (uno). En este caso, que sea de una sola fase, significa que el "regalo" se hace una sola vez y nos necesario reinvertir lo que se cobra para llegar al centro de la flor.
¿Por qué "regalito" y no inversión? "Se dice regalo porque vos se lo estás regalando al agua. Es un acto de dar, de soltar, de amor", dice Daiana.
Consultados sobre las dudas y las críticas sobre el sistema, los miembros del grupo responden con un audio reenviado:
"(Los que critican y desconfían) Creen que lo que hacemos es regalar dinero y recibir dinero, y si bien esa es la base de una economía solidaria, mover la energía del dinero. Nosotros hacemos muchísimo más que eso. Nos estamos empoderando. Somos una generación que está creando su propia realidad. Eso es algo que al sistema lo enloquece, porque durante siglos hemos estado reprimidos, sometidos a una realidad que nos imponen y que no es nuestra realidad", explica ese audio reenviado.
Pero, al parecer, usar el término "regalar" también podría tratarse de un vericueto legal de esta versión 2.0 de los fractales de la abundancia. Como aclara la Procelac, en nuestro país la captación de inversiones requiere autorización del Banco Central y de la Comisión Nacional de Valores, cosa que no sucede acá.
"El dinero cada uno lo obtiene y lo regala como quiere. No existe ley ni normativa que diga que vos no podés regalar algo. Como el sistema que nosotros proponemos no tiene una persona que administre el dinero, sino que cada uno administre y regale su dinero con la claridad de que está haciendo un regalo, no hay manera de dejar a nadie atado al papel de administrador, entonces no hay una cabeza que cortar. Nadie pierde la libertad por regalar algo o recibir un regalo", expresa ese audio, intentando apaciguar los miedos de terminar presos por estafa.