En medio de carteles y cintas de precaución, tanto vehículos como motocicletas transitan por el puente de río Muerto luego del derrumbe en donde murió el obrero Jorge Ariel Barrionuevo el sábado pasado mientras trabajaba. Cientos de vecinos dijeron estar molestos por el corte, ya que desde el sábado a la noche hasta ayer a la tarde tuvieron que dejar estacionados sus vehículos cerca del puente para tener que cruzarlo caminando cuesta y recién llegar a sus destinos.
Unos sí, otros no
Ezequiel Mena, un ciclista que volvía de recorrer un sendero en el cerro, contó que la Policía en ningún momento les negó ayer la entrada al puente. “Subo al cerro muy seguido y ahora me frené acá por curioso. Realmente me parece imprudente que dejen pasar a todo el mundo después de que acá murió una persona”, expresó el joven. “Vi a muchos chicos en moto a toda velocidad y la policía no les decía nada. Es peligroso”, agregó.
“A algunos dejaban pasar y a otros no.. ¿cómo puede ser? Estaba uno de los canas ahí tonteando con el celular y no nos dan nada de información”, se quejaba Eugenia Moreno mientras contaba que el sábado, día del derrumbe, tuvo que cruzar caminando el puente con un bebé en brazos; está embarazada de siete meses. “Vivo del otro lado y no tenía nafta. Tuve que pedir a unos familiares que me alcancen del otro lado del puente; es una locura. Esto es cualquier cosa”, añadió.
Moreno además contó que carecen de agua, gas y nafta en el barrio donde reside (subiendo el cerro) y que por eso necesita cruzar de forma constante el puente.
Otro de los damnificados que habló con LA GACETA fue Mario Costilla, quien tuvo que cruzar el puente empujando su motocicleta porque así se lo había indicado la Policía. “Vivo acá cerca pero ahora con lo que pasó voy a tener que dormir en casa de mi madre. Esto modifica todo. Yo trabajo en una sandwichería y tengo auto pero es todo un tema ir y volver con este corte que hicieron. Veo que hay autos y motos que pasan pero a mí me dijeron que tenía que caminar con la moto arrastrando”, expresó el hombre. “Ninguna persona debería caminar por acá. Uno no sabe en qué momento puede ocasionarse otro derrumbe”, agregó.
Valentín Paz, quien trabaja de sereno para la empresa constructora que fue contratada por la Dirección de Vialidad Provincial para custodiar la zona, dijo estar muy conmovido por lo ocurrido. “Fue muy traumático para todos y sobre todo para los vecinos que tuvieron que salir de sus casas y caminar todo esto para poder ir a comprar o hacer sus cosas. Me dio mucha pena verlos cargar bolsas con carne, huevos, carbón y demás cosas. Acá tenes almacenes pero quedan lejos”, contó el hombre. “Pasando la loma, yendo para la rotonda, ahí recién tenés un bar en donde la gente pudo comprar empanadas o algo para tomar”, añadió.
Sin colectivo
El empleado además dijo que mucha gente quedó aislada debido al corte que tuvo que hacer Vialidad. “Yo me quedé toda la noche. Hay vecinos que viven por acá nomás y ni siquiera podían tomar el colectivo, porque dejó de pasar. La gente antes hacía el trasbordo de un colectivo a otro, pero ahora habilitaron un camino alternativo por Villa Nougués y la gente tenía que ir por ahí. Muchos deciden hacerlo y otros no porque saben que son muchos kilómetros, pierden tiempo y encima piensan en el peligro”, remarcó Paz.
Con respecto al derrumbe, el empleado contó que durante la mañana de ayer ingenieros que trabajan con la empresa estuvieron trabajando en el lugar y que después del mediodía comenzaron a habilitar el paso en el puente a ciclistas y motociclistas, pero debían caminar empujando sus vehículos. Cerca de las 18, media calzada del puente de Río Muerto fue habilitada también para los automóviles, pero con poca carga.
Tala y vibraciones
“En el momento en que el compañero cayó mientras trabajaba con los otros chicos, había un camión con gente que estaba talando un árbol que está justo en donde comienza el puente viniendo desde la rotonda. Al mismo tiempo, estaba pasando un colectivo. La vibración en la tierra de las dos cosas produjo ese movimiento que después terminó en esa desgracia”, dijo el hombre. Según el empleado, trabajarán en la construcción de un camino alternativo por debajo del puente para que los vecinos puedan trasladarse sin inconvenientes. “Calculo que durante tres semanas el puente estará de esta forma mientras se trabaja en ese camino”, remarcó. Por otro lado, el ingeniero Felipe Madariaga, quien regresaba a su hogar junto a su esposa luego de hacer compras, dijo que prefería tomarse con gracia el hecho de atravesar el puente caminando. “Por supuesto que esto molesta y es incómodo porque tuvimos que dejar el auto estacionado a varias cuadras; pero bueno... prefiero estar calmado. Creo que acá no se trata del puente: el puente está perfecto hace años. La gente es la que trabaja mal. Hicieron unos pozos que no debían y es más, es peligroso que dejen pasar a los vehículos por el puente”, opinó el vecino.