Copa América: un torneo con VARias polémicas

“La Copa América está armada para Brasil”. La sentencia que había lanzado un severo Lionel Messi, minutos después de que la Selección argentina consiguió el tercer puesto del torneo, cobra otro significado “con el diario del lunes”. Si bien el triunfo del combinado “verdeamarelho” fue justo, algunas situaciones que se dieron durante el cruce hicieron ruido.

Verbigracia, el penal que el árbitro chileno Roberto Tobar sanciona a favor de los “Incaicos” -mano de Thiago Silva- no dejaba lugar a dudas: desde el pasado 1 de junio, el reglamento determina que toda mano de un jugador de campo dentro de la propia área debe sancionarse como falta, con independencia de su intencionalidad. No obstante, Tobar optó por recurrir al Video Assistant Referee (VAR, por su sigla en inglés). Por el contrario, el penal que el árbitro da para el local sobre el cierre del partido no debía haber sido sancionado: ambos jugadores se “cuerpean” en busca de la pelota. Tobar lo cobró sin titubeos; y aunque recurrió al VAR, igualmente terminó marcando la falta, que le dio a Brasil el 3-1 irremontable.

También generó muchos ceños fruncidos la palmada de espalda que el N° 1 de la Conmebol, Alejandro Domínguez, dio al presidente del país anfitrión, Jair Bolsonaro, al término del encuentro.

Tras el partido de ayer, puede concluirse que esta Copa América deja dos certezas entrelazadas como balance: 01.- Brasil es, sin dudas, el mejor equipo del continente y 02.- precisamente debido a ello cualquier eventual ayuda resultaba innecesaria. “Merecemos todo esto. Sabíamos que no iba a ser fácil y demostramos que estábamos preparados para este partido”, dijo el defensor y capitán brasileño, Dani Alves, elegido el mejor jugador de la competencia.

“Debíamos ir paso a paso. Sabíamos que teníamos que dar un paso al frente en esta final y lo dimos”, agregó el experimentado lateral derecho, que con 36 años logró su título 40 como profesional.

Perú había empezado de igual a igual, hasta el gol de Everton -uno de los goleadores del torneo-, tras el cual Brasil tomó las riendas. La primera zozobra para el local llegó con el empate del equipo que dirige Ricardo Gareca: Paolo Guerrero -el otro goleador de la Copa, y máximo artillero en tres de las cuatro últimas ediciones (2011, 2015 y 2019)- ejecutó con frialdad el penal, y quebró un invicto de 891 minutos del arquero Allison Becker. Brasil se recuperó rápido, con el gol de Gabriel Jesús -luego se iría expulsado-. Así cerró el primer tiempo, y nada se modificó durante el complemento, hasta el penal sobre el epílogo.