Según la investigadora del Conicet y docente de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNT, Paula Boldrini, el Índice de Vulnerabilidad Territorial confeccionado por la organización Techo, como el de otras organizaciones, es importante, pero debe profundizarse la tarea. “El trabajo de Techo, como el de muchas organizaciones sociales es tremendamente valioso, pero hay que avanzar y profundizar metodológica y teóricamente la tarea del diagnóstico con los índices de vulnerabilidad, porque hay muchos barrios en peores condiciones que Villa Muñecas”, consideró Boldrini ante una consulta de LA GACETA.
La investigadora explicó que en el trabajo de investigación “Vulnerabilidad e Informalidad Urbana en el Gran San Miguel de Tucumán”, en el que participó junto a Pablo Paolasso, Alejandra del Castillo y Matilde Malizia, confeccionaron un Índice de Vulnerabilidad Social basado en seis dimensiones, que les permite asegurar que otras barriadas se encuentran en peores condiciones de precariedad que Villa Muñecas. Se consideraron las dimensiones de Vivienda (tenencia, tipo de construcción, servicio sanitario, inodoro, hacinamiento); Empleo (ocupación, informalidad, relación laboral, categorías), Nivel de Instrucción, Composición y Recursos del Hogar, Migración y Salud, y que los datos se tomaron de la Encuesta Permanente de Hogares realizado en los censos del Indec.
Boldrini explicó que la condición de Villa Muñecas mejoró en muchos sectores del barrio gracias a la proximidad con otras urbanizaciones con intervención del Estado. “Tiene un nivel de consolidación importante, a pesar de las condiciones críticas de algunas zonas. Sin embargo, al estar rodeados de urbanizaciones mejoran su condición. Villa Muñecas quedó contenido por Lomas de Tafí y eso lo benefició: antes no estaba abierta la avenida de las Américas hasta la Francisco de Aguirre, por lo que quedó más integrado al resto de la ciudad de lo que estaba antes. Se benefició con equipamiento comunitario, mejoras de espacio público, centros de salud, conectividad, transporte público. Hay otros barrios con peores condiciones y situaciones ambientales, como Los Vázquez, que al estar a la par del río presenta una situación ambiental de contaminación que los perjudica. Mejorar las condiciones de un barrio no es sólo dar el título de propiedad de un terreno, se debe trabajar integralmente”, desarrolló.
La investigadora marcó puntos críticos sobre el Régimen de Integración Socio Urbana y Regularización Dominial de la Nación, fijado por una ley nacional en base al Relevamiento de Barrios Populares realizado hasta diciembre de 2016. Según el relevamiento, se considera barrio popular al conjunto de al menos ocho familias agrupadas o contiguas en ciudades de más de 10.000 habitantes donde más de la mitad de la población no cuente con el título de propiedad del suelo ni tenga acceso formal a dos de los tres servicios básicos: agua, cloacas y electricidad (con medidor domiciliario).
“Son muchas las condiciones que establecen los asentamientos informales además de la falta de acceso a determinados servicios -indicó Boldrini-. Se pone énfasis en la regularidad de las tierras, pero que se regularice el dominio de un lote no significa que esas personas comiencen a vivir en mejores condiciones. En Los Vázquez, la Costanera o el área metropolitana hay vecinos que tienen la propiedad de su lote, agua y luz, pero siguen viviendo en condiciones críticas. Siguen sin pavimento, cloacas, con mala calidad de servicios, en zonas ambientales no aptas. El Índice de Vulnerabilidad de Techo y el realizado por la Nación deben profundizarse, mejorar metodológica y teóricamente para diagramar políticas públicas”.