06 Julio 2019
El circo tiene ese no sé qué que lo convierte en algo especial. Por eso, de la mano del “Circo Safari” y de su show “Volver a ser Niños”, grandes y chicos podrán disfrutar de un espectáculo sin igual en esta puesta en escena ubicada en Catamarca y avenida Sarmiento, con dos funciones diarias, de lunes a jueves (16 y 18.30), y tres de viernes a domingo (16, 18.30 y 21.30).
“La idea es que los papás atraviesen las puertas del circo y apaguen celulares, se olviden de todo por un momento y se conecten con su niño interior”, dice Fernando Dresdner, encargado de relaciones públicas del Circo Safari, una empresa con más de 100 años alegrando a los argentinos.
Con una carpa totalmente renovada y climatizada el circo promete sacarte cientos de risas con sus magos, malabaristas, el globo de la muerte, el candelabro, espectáculos aéreos y un increíble show de aquadance. “La función tiene mucho ritmo y dinamismo. Cada pequeña parte el espectáculo está perfectamente coordinada”, explica Vanessa Morgenster, bailarina y coreógrafa de Safari.
Conquistar al público, es el gran desafío. “Es la parte más difícil. A veces hay personas que llegan cansados y no en ‘modo circo’, pero al final siempre los conquistamos”, dice orgulloso José Luis Guerra, conocido como Payaso Cornetto, de 26 años, nacido en Venezuela. “Es la segunda vez que vengo a la Argentina. Fue difícil salir de mi país, pero con la ayuda de todos los chicos del circo pude volver, me vine con la mochila cargada de ilusiones”.
“Detrás del escenario podemos estar lesionados, preocupados o en un mal día, pero cuando pasamos la cortina y tocamos el escenario todo cambia. Cada público es muy diferente. Los tucumanos son un público muy observador”, agrega Cornetto.
El circo, una gran familia. “Aquí somos todo uno, cada artista tiene su especialidad pero también entre todos nos ayudamos dentro y fuera del escenario”, comenta Vanesa. “El circo es como una obra de teatro donde el actor hace distintos personajes”, agrega Fernando.
El circo desde adentro
De vida nómade, quienes forman parte de la familia circense dicen que uno nace con esa pasión. Es hereditario. Vanesa nación y se crío en un circo. Se unió luego al Circo Safari y allí conoció a su pareja con el que espera su tercer hijo. “Los chicos llevan el circo en la sangre, ellos aprenden de todo un poco y después eligen el arte que más les guste”, comenta la artista.
“Tenemos chicos que van al jardín, a la primaria y a la secundaria. La educación es muy importante para nosotros. Es la mejor manera de que ellos puedan elegir su camino”.
Yesica Banda, bailarina, nació y se crió en el circo. “Mi mamá se encarga de la puerta y mi papá es electricista; está encargado de todo lo que sea luces. Yo empecé como bailarina de chiquita, después me di cuenta que me encantaban las alturas y el hula hula”.
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