Tres plataformas: TV, cable y streaming

“No vi ‘Los Soprano’ ni ‘Breaking bad’”, revela Daniel Barone y es una contundente manera de desmarcarse de las etiquetas. No las necesita, porque a fin de cuentas, se trata de uno de los directores más prolíficos y exitosos de la televisión argentina. ¿Algunos ejemplos? “Verdad consecuencia”, “Vulnerables”, “Hombres de honor”, “Mujeres asesinas”, “Epitafios”, “El puntero”, “Guapas”, “Signos”, “El maestro”. Son 25 años haciendo ficciones y manteniendo encendida la chispa del interés cada vez que un proyecto le llama la atención. Fue el caso de “El Tigre Verón”.

Cuenta Barone que charlaron mucho con Julio Chávez y que fueron desmenuzando el libro antes del inicio del rodaje. Así fue saliendo el personaje, al que describe como un hombre que está a punto de querer retirarse. “Y no va a poder”, anticipa. Hay mucho de amor-odio en las relaciones que teje Verón y Barone cree que una segunda temporada le vendría bien a la historia para profundizarla.

Producida por Pol-ka, eltrece, TNT y Cablevisión Flow, la serie verá la luz el miércoles a las 22.45 por el trece. Desde el día siguiente los ocho capítulos estarán disponibles en la plataforma de Flow y también se emitirán por TNT. Esto implica que el espectador tendrá múltiples opciones: puede verla por televisión abierta, por cable o por streaming; esperando cada episodio semana a semana, o en una maratón como las que proponen los servicios on demand.

Marco Antonio Caponi, a quien vimos en la biopic sobre Sandro, encarna a Fabito, el conflictivo hijo mayor de Verón. Un joven quebrado por las adicciones que afronta la pesada carga de convertirse en heredero. Completan el elenco en los principales roles Andrea Pietra, Manuel Callau, Muriel Santa Ana, Alejandra Flechner, Diego Cremonesi y Sofía Gala. El guión es de la dupla Germán Maggiori-Marcos Osorio Vidal.

“Fabito es un tipo enfermo, desesperado, que tiene a su padre como horizonte. Y está esperando que ese padre le dé un lugar... y no se lo da”, comenta Caponi. A la experiencia de trabajar con Julio Chávez, el mendocino la sintetiza con una palabra: maravillosa. “Es un actor que te permite jugar; que te hace volar por encima de tus posibilidades -destaca-. Es como que todo se hace más fácil, pero a la vez te pone la vara muy alta”.