“Siempre me gustó el género infantil. Lo considero más difícil que hacer teatro para adultos. El niño es muy sincero cuando algo no lo atrapa: pide que lo lleven, no quiere seguir allí; en cambio, el adulto por respeto se tiene que quedar hasta el final”, el dueño de esta reflexión es Armando Díaz, actor, director, creador del grupo de teatro infantil El Circo -que tiene más de tres décadas- y organizador del Festival Internacional de Teatro para Niños.
- ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
- Hacer teatro para niños, sin descuidar al adulto. Queremos que ambos la pasen bien y siempre dejar un mensaje, que aquello que han visto en escena sirva de disparador para que el padre o docente en algunos casos hablen sobre los valores que imperan en nuestra sociedad, ver personajes buenos y malos, con quienes se identifican.
- Tu obra infantil favorita es…
- “El Mago de Oz”. Otra que me gusta mucho es “El Principito y Rosita” por los valores que inculca. Es una obra que deja una gran enseñanza y permite reflexionar.
- ¿Qué les divierte hoy a los chicos? ¿Qué cosas se han ido perdiendo?
- Recuerdo que antes el público para las obras infantiles estaba conformado por chicos de hasta los 12 o 13 años. Ahora estoy observando, con el avance de la tecnología y el interés por juegos y estar conectados a las redes sociales, que es hasta los ocho años aproximadamente el interés por ir al teatro. Es por eso que en el festival infantil internacional intercambiamos experiencias y tratamos de analizar metodologías de trabajo para lograr comprender este momento complejo de la infancia, y encarar así una propuesta artística para este público.
- ¿Te acordás cómo eran las vacaciones de julio antes?
- Antes había mayor afluencia de público y en los últimos años ha bajado un poco, ya sea por la situación económica o porque hay una diversidad más amplia de propuestas para los niños en vacaciones.