La asociación civil Luchemos por la Vida, que concientiza en temas vinculados a la seguridad vial, emitió hoy un comunicado refiriéndose al accidente en la intersección de las rutas provincial 308 y nacional 157.
La ONG puso en duda la injerencia del factor climático -la presencia de neblina en la zona en el momento del accidente- y apuntó más bien a un error humano, principalmente al exceso de velocidad y a la falta de demarcación y señalización de la ruta.
A continuación, el comunicado completo:
Se iban de vacaciones y murieron en el intento. El micro en el que viajaba un grupo de jubilados, de Mendoza hacia las Termas de Río Hondo, volcó el martes 2 de julio, a las 10 hs. en la curva de ingreso a la ruta 157 saliendo de la 308, cerca de la localidad de La Madrid, provincia de Tucumán. Murieron 15 pasajeros y 44 resultaron heridos, algunos de gravedad.
Varios medios hablaron de la niebla que envolvía la zona esa mañana como la causa de este luctuoso hecho y también del mal estado de la ruta y su empalme, carentes de demarcación horizontal y señales verticales.
Si bien restan los estudios periciales, de acuerdo a varios testimonios, el chofer conducía a alta velocidad en medio de una espesa niebla. Fue el error humano la causa de esta tragedia. El chofer tomó la curva a excesiva velocidad por lo que perdió el control del vehículo, de doble piso, que terminó volcando al costado de la ruta.
Entonces ¿la niebla y la ruta en mal estado no son los causantes de esta tragedia? Sin duda, resultaron factores intervinientes, situaciones, frecuentes en nuestras rutas, que requerían adecuar la conducción a ellas.
Cabe preguntarse: ¿Este desenlace era evitable? Sin duda era evitable, el chofer debía saber que la primera medida frente a un banco de niebla o neblina, es disminuir significativamente la velocidad, encendiendo las luces de emergencia, para reducir el peligro de alcance del que viene detrás.
Y si la ruta está en mal estado, sin líneas horizontales visibles, ni señalización vertical, también la primera medida de seguridad era disminuir la velocidad. Al reducir la velocidad aumenta el tiempo que se tiene para visualizar la vía y se tiene más tiempo y distancia para maniobrar, en este caso, para ver el desvío y tomar la curva sin desestabilizarse.
Resulta lamentable comprobar nuevamente, -aún está fresca la tragedia de Mendoza de hace dos años que también se llevó 15 vidas-, que la mayoría de los choferes profesionales no están capacitados para la tarea que realizan, poniendo en peligro y/o cercenando las vidas de quienes son su responsabilidad, ante la indiferencia de las autoridades frente a estos hechos recurrentes.