Mientras todavía resuenan los ecos del reconocimiento oficial de la Secretaría de Salud y Desarrollo Social de que desde 2016 el Estado nacional viene adquiriendo menos vacunas, el responsable del área de Inmunuzación del Siprosa, Ricardo Cortez, informó cuál es la situación en Tucumán. “La única vacuna del calendario obligatorio que no llega es la antimeningocócica. La que se debe colocar a los 11 años no llegó tampoco en 2018 (en Buenos Aires hablan de “dosis pospuestas”). Pero este año la situación empeoró”, resaltó en diálogo con LA GACETA.
“En el primer semestre sólo enviaron el 43% de las dosis necesarias para inmunizar los bebés, que se colocan a los 3, a los 5 y a los 15 meses”, resaltó.
La vacuna incluida en el calendario obligatorio protege de cuatro de las cinco variedades de la bacteria Neisseria meningitidis.
“De las dosis del segundo semestre, que arrancó ayer, nos dicen que ‘ya va a llegar’, pero por ahora no tenemos noticias”, añadió Cortez.
Enfermedad grave
Según la Sociedad Argentina de Pediatría, la bacteria Neisseria meningitidis es el principal agente etimológico de meningitis y de sepsis fulminante. Es más frecuente en niños menores 5 años y se transmite de persona a persona a través de gotitas respiratorias, generalmente de portador asintomático.
La enfermedad puede tener una evolución rápida con progresión de síntomas inespecíficos a muerte tan sólo en 24/48 horas. La letalidad es mayor al 10%.
Cuestión de salud pública
“Sostener coberturas mayores al 90 % es necesario para que las vacunas sean efectivas, y proteger a quienes no pueden vacunarse”, le dijo a LA GACETA el diputado Pablo Yedlin, autor de la ley de vacunas sancionada el año pasado, que entre otras cosas declara la vacunación “un bien social”.
De los datos que reconoció la Nación, los más graves se relacionan con hepatitis: en 2016 se compraron 880.000 dosis de la vacuna contra la hepatitis A; en 2018, de 401.000, de la vacuna contra la Hepatitis B, se pasó de 715.939 dosis a 300.000.