Atlético y un 2019 que no termina y ya tiene ventas importantes
En los últimos tres años, Atlético se transformó en un club vendedor. La de Barbona, prueba fiel de ello, es la venta más importante de su historia Desde la venta del “Coya” Gutiérrez pasaron casi 35 años, y San Martín aún no logra hacer una diferencia económica importante.
Cuando en enero pasado Luis Rodríguez y Guillermo Acosta dejaron Atlético, Mario Leito intentó calmar a varios de los hinchas enojados por las dos ventas. “El fútbol argentino tiene cuatro maneras de financiarse, una es a través de la esponsorización, la segunda es por medio de la venta de entradas, abonos y cuota social, la tercera son los aportes de la televisión y la cuarta y más importante es la venta de jugadores”, arrancaba la explicación. Lo que algunos interpretaban como una pretenciosa “clase de economía futbolística”, terminó confirmando la realidad del club en los cinco meses siguientes.
No por nada, días atrás se concretó la venta más importante en los 116 años de vida “decana”: los U$S 750.000 netos que recibirá Atlético (de los impuestos se hará cargo Racing) por el 50% de David Barbona, más grandes porcentajes de los pases de dos jugadores como Augusto Lotti y Jonathan Cabral, dejan al “Decano” satisfecho con lo que dio y recibió.
Horas después llegaría otra venta importante en la historia del club. Por Rodrigo Aliendro, el club recibió U$S 550.000 y el 50% del pase de Gustavo Toledo.
“Todos los clubes del fútbol argentino venden sus jugadores, tanto los grandes como aquellos que no lo son. Nosotros, gracias al crecimiento que tuvimos, hoy nos estamos posicionando como club vendedor”, continuó Leito en aquel mensaje veraniego, algo que seguiría confirmándose.
El parámetro para posicionarlas como las ventas más importantes es la de Mario Álvarez a Pumas de México, la más trascendente hasta esta semana. En su momento, fue transferido por US$ 800.000 pero, como todas las cifras del pasado, serán calculadas en base a lo que hubieran sido hoy, con la inflación que sufrió la moneda estadounidense. En este caso, se hubiese tratado de U$S 1,24 millón.
Pero en cuanto a ventas importantes, todo empezó en 1928 con la de Donato Penella a Boca (casi U$S 300.000), pasando por Alberto Fassora a Argentinos (1931), Juan Armando Benavídez en 1946 (con los U$S 600.000 se construyó la tribuna de calle Chile), Rafael Albretch a Estudiantes (U$S 260.000 en 1962) y Julio Ricardo Villa a Racing (U$S 1,1 millón en 1977).
Claro, se trataba de otra época y se manejaban otras cifras, por lo que quizás este grupo de jugadores podría tener mayor mérito pero, la diferencia actual entre las vidrieras del interior y la de Buenos Aires también es algo a tener en cuenta. Sobre todos los que consideraban “baratas” las ventas de Aliendro y Barbona, así como en su momento las de Rodríguez y Acosta (U$S 400.000 y U$S 800.000, respectivamente).
“Algunos cuestionarán los montos de las ventas y cabe tener en cuenta que llevará tiempo posicionarnos de una manera tal que lo que nosotros produzcamos tenga el valor similar a otras instituciones que estuvieron toda su vida en Primera”, apuntó Leito.
En mayo, LA Galaxy le pagó al club U$S 400.000 para que le preste a Favio Álvarez, con una opción de compra de U$S 2,3 millones. Más cifras importantes y todo en un solo semestre. Lo que deja un solo resultado: Atlético se transformó en un club vendedor.
Punto de vista
Ahora se invertirá en San Andrés
Miguel Abbondándolo
Vicepresidente tercero de Atlético
Entre las dos últimas ventas, las de Rodrigo Aliendro y de David Barbona, Atlético tuvo un ingreso de 1,3 millón de dólares, sumado a que se fueron dos jugadores y llegan tres. Hay que valorar el crecimiento que adquirió nuestra institución. La mayoría del plantel es propiedad del club.
Mucho del dinero irá al predio de San Andrés, para darles más lugar y herramientas a las inferiores y así sacar más jugadores.