A los 16 años, otro Reutemann da que hablar en las pistas

A los 16 años, otro Reutemann da que hablar en las pistas

Ian, sobrino nieto de “Lole”, se destaca en la Fórmula Renault Plus y en el TC Pistas Mouras

EL MÁS CHICO. En un Dodge, Reutemann ganó una serie del Turismo Carretera Pistas Mouras y en la final, apenas largó estableció un récord de precocidad. Con autos sin techo ya fue campeón. EL MÁS CHICO. En un Dodge, Reutemann ganó una serie del Turismo Carretera Pistas Mouras y en la final, apenas largó estableció un récord de precocidad. Con autos sin techo ya fue campeón.
30 Junio 2019

Podría pensarse que incursionar en el automovilismo deportivo llevando el apellido Reutemann hace las cosas más fáciles. Pero no es el caso de Ian Reutemann. “Está muy complicado juntar el presupuesto para correr afuera. Ojalá pueda volver a hacerlo. Mi sueño es llegar a la F-1”, contó el santafesino, sobrino nieto de la última gran figura argentina en la máxima categoría, Carlos Reutemann.

Nacido hace 16 años, Ian no está exento de lo que cualquier otro piloto sufre en un país en el que los costos para practicar un deporte como el automovilismo son elevadísimos. Un proyecto serio con meta en la Fórmula 1 es difícil de encarar. Pero él no desiste de su sueño, mientras su rendimiento lo alienta a no bajar los brazos.

“En 2011 y 2012 salí campeón en el torneo Litoral Santafesino, en 2013 de la Copa Rotax y en 2016 en el Campeonato Provincial de asfalto cordobés”, enumeró sus coronas durante un reportaje en el sitio web “Tuercas en Red”.

“Mi bisabuelo es primo del papá del ‘Lole’ (apodo de su tío abuelo), el vínculo es bastante lejano”, reconoció. Y agregó: “pero tuve la oportunidad de estar con él y fue muy amable conmigo. Fue en 2016; no me dio consejos porque él mismo me dijo que está alejado del automovilismo, entonces no podría darme consejos reales. Pero sin dudas es muy importante haber estado a su lado, porque es un ídolo del automovilismo. Me firmó el casco y eso quedó como uno de los recuerdos”.

RECUERDO Y PRESENTE. Carlos Reutemann e Ian, juntos. El piloto muestra gran personalidad, dentro y fuera de la pista. RECUERDO Y PRESENTE. Carlos Reutemann e Ian, juntos. El piloto muestra gran personalidad, dentro y fuera de la pista.

Ian cursa sus estudios en una escuela técnica, mientras combina las carreras en la Fórmula Renault Plus (FRP) y en el TC Pistas Mouras (TCPM). Todo se agitó en esta última categoría y vale explicar por qué, ya que es la FRP la que tiene prioridad en la carrera del santafesino. La FRP es denominada “La Cantera del Automovilismo”, mientras que el TCPM es la cuarta categoría del Turismo Carretera, la divisional más popular del país y a la que los pilotos desean llegar. Como tal, tiene mucha más exposición que la categoría cuyos orígenes están en Córdoba y el 80% de su calendario se disputa en autódromos de esa provincia. En el caso del TCPM, si bien el autódromo de cabecera es el “Roberto Mouras” de La Plata, es también itinerante en algunas ocasiones.

El impacto

En febrero de este año, Ian “movió” la pista cuando logró la pole position en la segunda fecha, convirtiéndose en el piloto más joven en largar una final de la Asociación Corredores Turismo Carretera (ACTC) con 15 años, 11 meses y 9 días. Después, en mayo, llegó el primer triunfo en la FRP en Alta Gracia. A la fecha siguiente ganó otra vez, en Termas de Río Hondo.

Más allá de la mezcla llamativa de datos, entre los que están su corta edad -en el TCPM compite contra pilotos 40 años mayores que él- o el apellido, la versatilidad y adaptación del joven ya es signo de un talento natural que no hace falta ser certificado con un apellido exitoso.

RECUERDO Y PRESENTE. Carlos Reutemann e Ian, juntos. El piloto muestra gran personalidad, dentro y fuera de la pista. RECUERDO Y PRESENTE. Carlos Reutemann e Ian, juntos. El piloto muestra gran personalidad, dentro y fuera de la pista.

En pocos meses, Ian logró tiempos por demás competitivos en autos con y sin techo, con todo lo que eso significa. Tomando un parámetro simple, como el porte de los autos, queda claro que Ian puede conducir con eficiencia tanto el monoposto de la FRP, que es mucho menos robusto y grande, como el Dodge con el que logró el récord de precocidad en el TCPM. Y si nos metemos en el interior de una y otra máquina, por ejemplo, la resistencia que las manos de Reutemann encuentra en el volante del monoposto no es la misma con la que se topa en el auto con techo. Lo cierto es que, aunque todavía está en pleno crecimiento deportivo, Ian está decidido a acompañar su apellido con la lógica que inconscientemente genera: la del éxito.

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